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Andec, donde la chatarra y la corrupción son lo mismo

  • mh
    1 de marzo de 2016

Si usted, amable lector, desconocía que la chatarra sirve para la corrupción, debe leer este texto.
Aceros del Ecuador, Andec, la empresa siderúrgica de propiedad de la Fuerza Terrestre, catalogada entre las 100 más grandes del país, que facturaba anualmente un promedio de 220 millones de dólares, ahora está al borde de la quiebra.
La crisis de la compañía se remonta al año 2010, cuando el presidente, Rafael Correa, ordenó la liquidación de las empresas de la Dirección de Industrias del Ejército, el llamado Holdongdine. Estas empresas pasaron a control del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (ISSFA). Desde entonces, Andec inició un franco deterioro provocado por la flexibilización de sus normas internas, la discrecionalidad en la toma de decisiones empresariales y la galopante corrupción.
Imagen: La planta de fabricación de acero de Andec, en Guayaquil.
Las pérdidas económicas no son un secreto: el ministro de Defensa, Fernando Cordero, reconoció que en 2015 la siderúrgica redujo sus ventas de acero en 57 millones de dólares, es decir, 26% menos que el promedio de otros años. Las tendencia en la caída de ventas no ha parado, personal cercano a la gestión de la empresa militar cuenta que en las ciudades de la Sierra el promedio de facturación para el mes de enero era de 5.000 toneladas, pero en el primer mes de 2016 esa cifra fue de apenas 1.000 toneladas, 20% menos del promedio histórico de las ventas.   
“Hay días en que el transporte se ha parado por falta de ventas, en todos los años de vida de esta empresa eso jamás pasó y es un contundente indicador de la grave situación que atraviesa la fábrica, hace algunos años si vendíamos menos de 150 mil dólares diarios se encendían las alarmas porque se consideraba la peor de las ventas, hoy en día no pasa nada”, dice una fuente de Andec que ya abandonó sus labores en la planta de esa empresa, y que decidió hablar con MilHojas.is.
Algunas denuncias hechas en el interior de la empresa ya se investigan en la Fiscalía del Guayas. En estas se establece la forma en que altos funcionarios de Andec utilizaron la compra de chatarra (que luego se funde y se transforma en las varillas de acero) para beneficiarse económicamente.
Las primeras acusaciones recayeron en el gerente de materia prima, Roberto Aguayo, encargado de adquirir la chatarra en Ecuador y en otros países. Un documento interno de la compañía dice que cometió peculado y que el sobreprecio en la materia prima fue de 1,8 millones de dólares. Ese valor representa el costo mensual de los roles de pagos de cada mes para los 963 empleados que tiene la empresa.
Aguayo llegó al cargo de gerente de materia prima por pedido del director del ISSFA, el contralmirante Freddy García. De hecho, al interior de la empresa se asegura que no fue su único recomendado. Hay varios cargos ocupados por familiares de García. En agosto de 2015, los problemas de la empresa se tornaron personales y empezaron aflorar conflictos en las relaciones laborales.


Si existiera el comité de compras, que antiguamente se tenía, se habría recomendado la compra de palanquilla (lingotes), ya que su precio en el mercado internacional es el 20% o el 30% del valor de la chatarra…”


“Si existiera el comité de compras, que antiguamente se tenía, se habría recomendado la compra de palanquilla (lingotes), ya que su precio en el mercado internacional es el 20% o el 30% del valor de la chatarra”, dice la fuente que habló para MilHojas.is. Agrega que esas acciones toman las gerencias que saben del negocio, como lo hace su competencia, Novacero. “El proceso de transformación de la chatarra en palanquilla está por los $500 la tonelada y en el extranjero la palanquilla cuesta $300”.
Aguayo también fue acusado de favorecer a la empresa chatarrera ETR en la que trabajó, ya que supuestamente habría elaborado una estrategia que, según la denuncia interna, buscó debilitar la cadena de proveedores locales de Andec imponiendo trabas comerciales, financieras y tributarias, reduciendo las compras directas y restringiendo canales logísticos que permitían que la chatarra llegase a la acería.  “Se quiere desanimar a todos los proveedores y de manera fiel han provisto materia prima a Andec, teniendo siempre de manera constante una participación de entre el 35 y 40% de la generación de chatarra”, agrega la denuncia.
La denuncia agrega que se adquirió chatarra a ETR a precio preferencial (mayor al del mercado) sin haber realizado inspecciones visuales del material y sin que cuente con el stock anunciado. Esa misma empresa funcionó como importadora de chatarra  con ayuda de la empresa Global Guerra Trading, propiedad de Christian Guerra, hijo de un oficial del ejército. “Cuando no se atiende a este proveedor llaman desde el ISSFA y disponen que se lo atienda rápido”, dicen fuentes interiores de Andec.
Aguayo respondió las acusaciones asegurando que las mafias ya dominaron esa empresa desde hace mucho. Lo dijo en un memorando del pasado 28 de enero, dirigido a la abogada Aurora Espinoza, contralora de la empresa: los funcionarios de Andec restringieron ilegalmente la llegada de nuevos proveedores de chatarra, hecho que favoreció a la competencia, las empresas Adelca y Novacero. Dijo que no escatimará en aunar esfuerzos por acabar con la mafia enquistada en Andec y que se investigue un fraude en la compra de chatarra supuestamente proveniente de los lugares más remotos del país para cobrar bonificaciones que no ameritaban.
Imagen: Trabajadores de Andec, en el sitio de embalaje de las cargas de acero.
Exfuncionarios de la empresa explican que la compra de chatarra de mala calidad influyó directamente en el producto de venta en el mercado. Por ejemplo, entre los meses de junio y agosto de 2015 se adquirió material con exceso de residuos. Eso fue llevado a los hornos para la elaboración de palanquillas y el resultado fue que las varillas de acero se fracturaron.
Los constructores en diversas zonas del país emitieron las alarmas y el acero de Andec, que todo lo resistía, dejó de venderse.
A eso se agregó que unos de sus principales socios comerciales, Disensa, empresa que adquiere el 50% de la producción anual de Andec, para vender el acero en los centenares de locales que tiene esa franquicia en todo el país, está por romper el contrato. Esto lo dio a conocer el pasado 18 de diciembre de 2015 el gerente general de Disensa, Juan Carlos Vayas Gando, en una carta al gerente general de Andec, Benigno Sotomayor. En ella explica que Andec cometió graves incumplimientos del contrato al intentar negociar independientemente con los franquiciados de Disensa el precio del quintal del acero.
"Estos hechos son causales de incumplimiento grave que dan lugar a la terminación del contrato de suministro sin que medie una notificación previa, solicitó respetuosamente que subsane en 30 días", aseguró Disensa en la misiva a Andec. De romperse el contrato, Andec no podrá vender la mitad de su producción y será el fin, dicen exfuncionarios de la empresa.
Sin embargo, esas no son las únicas razones para la quiebra de una empresa que facturaba 220 millones anuales. Otra razón de peso se sustenta en que el proceso de traspaso de Andec desde el Holingdine al ISSFA. En diciembre de 2014, su gerente encargado, mayor Edison Jácome Armas, en un alarde de demostrarle al seguro militar su buen desempeño empresarial, transfirió 12 millones de dólares a manera de regalías.
Los altos costos de la materia prima, a más de ser chatarra de mala calidad, impide bajar los costos de producción. Andec no puede competir con los mejores precios de las otras dos siderúrgicas Novacero y Adelca, esta última ofreció descuentos en el precio del quintal de hierro hasta del 21% frente a los de Andec, que eran de apenas el 16%. El precio referencial del quintal en el mercado nacional es $48,98.


Este militar aprovechó esa condición y, como todo buen gerente que vive del dinero público, elevó los sueldos de los altos ejecutivos y se fue a vivir en las suits del hotel Marriot, no sin antes incluir en la nómina de la empresa a unos pocos parientes…”


La contadora de la empresa, Cristina Vinces, intentó impedir ese traspaso de los 12 millones de dólares al ISSFA. Por oponerse a esa decisión del mayor Jácome Arias fue despedida. En el ISSFA, la llegada de ese dinero se entendió como salvación y nadie se preguntó cómo una empresa que perdía competitividad año tras año podía entregar utilidades de una manera expedita. Cómo recompensa al buen trabajo, el contralmirante Freddy García, director del ISSFA, le entregó plenos poderes al mayor Jácome Arias. Este militar aprovechó esa condición y, como todo buen gerente que vive del dinero público, elevó  los sueldos de los altos ejecutivos y se fue a vivir en las suits del hotel Marriot, no sin antes incluir en la nómina de la empresa a unos pocos parientes. Pero más allá de esas acciones, lo más importante es que el mayor Jácome Armas al haber tomado el dinero de operaciones de Andec y al entregarlo al ISSFA, el la empresa perdió liquidez para sus actividades y debió cubrir sus gastos con endeudamiento.
Luego de la gestión del mayor Jácome Arias, el civil Benigno Sotomayor fue nombrado como gerente. Sotomayor es un empresario que paradójicamente trabajó para el grupo Disensa y es él quien está por finiquitar el acuerdo descrito en párrafos anteriores. Cuando fue posesionado se le asignó un sueldo de 10 mil dólares pagados a través de gastos de representación y arriendo por vivir en Guayaquil, sede de la empresa, a pesar de que él vive en esa ciudad. El hecho provocó la indignación del personal.
La mala situación empresarial llevo a la directiva hacer lo que toda entidad requiere en esos casos: pautar publicidad. Andec buscó a la empresa Publigrata S.A. y, luego de que no cumpliera los requisitos de los términos de referencia, se la contrató por $120.000 bajo la modalidad de régimen especial para producir spots de televisión.
El ministro de defensa Fernando Cordero ordenó iniciar una investigación y solicitó a la contralora Aurora Espinoza un informe sobre la situación interna. Hasta el momento se ha hecho público un arreglo de venta de hierro para la ampliación del estadio del Club Sport Emelec, pero las sumas son por demás bajas para el giro de negocios de Andec.

Documentos:
Pedido de auditoría al ISSFA⇒
Denuncias de irregularidades en el ISSFA ⇒
Finiquito contrato con Disensa ⇒

MilHojas.is