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Carolina, víctima de trata murió asfixiada

  • mh
    16 de abril de 2019

Redacción MilHojas
Ocho meses después
de que la adolescente de 15 años Carolina A. fuera encontrada muerta en un terreno baldío en el populoso barrio Comité del Pueblo, al norte de Quito, se confirma que su muerte, el 26 de agosto del 2018, ocurrió por asfixia mecánica, pero luego de sufrir graves lesiones en su cuerpo y ser violentada.
La confirmación la dio Milton Castillo, abogado de la familia de Carolina quien comentó que el informe médico de la exhumación forense del cadáver contradice las conclusiones de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased), que el 28 de octubre del mismo año, señaló que la adolescente falleció de “forma natural por un edema agudo de pulmón, pancreatitis aguda hemorrágica consecutivo a probable intoxicación”, dejando de lado las evidencias de escoriaciones y laceraciones que eran visibles a simple vista en el cuerpo de Carolina y que hacían prever lo peor.
Los informes de los análisis toxicológicos también se conocieron: Carolina tenía en su cuerpo escopolamina.
Los momentos de mayor dolor para la familia de Carolina, la exhumación de su cuerpo para someterlo a un nuevo estudio. Es la historia de una adolescente coartada y el reto de descubrir a todos los responsables de una red  brutal que no teme matar a las víctimas. Foto: Diario El Comercio
El 26 de agosto, la madre de Carolina reconoció, en una foto entregada por la Dinased, el cadáver de su hija que fue abandonado en el terreno por Christian G, alias Careniña, Antoni M. y dos chicas menores de edad (nombres se mantienen en reserva). Pero también reconoció a Careniña en el video que fue grabado por una moradora del sector el momento que se deshacían del cuerpo.
Dos años antes de su muerte, Carolina fue víctima de una Red de Trata que reclutaba a adolescentes de entre 13 y 16 años de edad, de ambos sexos, en las afueras de los colegios del sector del Comité del Pueblo. Su reclutador fue Christian G. alias Careniña, un hombre de 21 años, que seducía a las menores de edad y luego de ganar su confianza y en la mayoría de casos enamorarlas, las incitaba a drogarse, mantener relaciones sexuales grupales para ser grabadas y a cometer delitos como robos.
Documento: Informe ejecutivo de la Policía Nacional
Documento: Resultado del informe de Exhumación

Todo esto ocurría en tres casas: en la de una menor de edad, en la de Careniña, y en la suite de una zona exclusiva del Quito Tenis, en donde vivía el estadounidense Royce Phillips alias el ‘Abuelo’, quien junto con Careniña y otro reclutador, como Julio E., seleccionaba por celular los perfiles de las menores de edad.
El ‘Abuelo’ trataba a Careniña y a Julio E. como sus empleados, les pagaba para que conquistaran a las adolescentes y las hicieran participar de actos sexuales; era quien financiaba también el alcohol y la droga que se consumía en su departamento.
 La policía al momento del allanamiento a la casa de alias 'El Abuelo'. Los agentes encontraron fotos, drogas, dinero en efectivo y más el martes 26 de marzo del 2019. Foto: Fiscalía
Con los elementos de convicción recopilados hasta el momento, Milton Castillo, abogado de la familia de Carolina, asegura que existe una conexión clara entre el asesino de la adolescente, Christian G., con Royce Phillips -alias el ‘Abuelo’-. Se cuenta con evidencia que certifica que los dos eran buenos amigos; que en el domicilio del estadounidense se hacían fiestas con menores de edad; y se suman testimonios y versiones de que el ‘Abuelo’ le daba dinero a Careniña a cambio de sexo. Y sobre todo, hay evidencia de vínculos del ‘Abuelo’ con la Policía. “Todo fue armado para matarla, ella sabía mucho”, según el abogado.
La muerte de Carolina ha permitido, según Milton Castillo, destapar una Red de Trata en Quito que evidencia un sistema de reclutamiento de adolescentes -hombres y mujeres- para hacer fiestas, tener sexo en casa de un hombre de la tercera edad, y ser grabados para obtener grandes sumas de dinero.
El abuelo resultó un hombre cercano e influyente en la Policía Nacional, no debe extrañar a nadie que usara esas realciones a su favor para someter a las víctimas.
Las autoridades hasta el momento se niegan a hablar el tema ´Trata’ y de llegar el caso, según Carlos Alulema, director de la Policía Judicial, coordinarán con la fiscalía para ampliar la investigación.
La abogada Cecilia Espinosa asumió otro caso de Trata, de una menor que también fue abusada por Careniña y por Cristian A. este último, un joven que acudía frecuentemente a las “caídas”. La versión de la madre se enfoca en Cristian A. y otro joven que sacó a su hija de la casa. La trasladó al domicilio de una adolescente, la drogaron y fue ahí donde se perpetró la violación. Al día siguiente, llegó a la casa a las 06:00 y en horas de la tarde empezó a reaccionar porque aún se encontraba bajo los efectos de la droga (se presume escopolamina). Los familiares reaccionaron, llevaron a la menor para revisión médica y presentaron la denuncia en la Fiscalía. Fue el 22 de octubre del 2017.
 Tania Moreno, ex fiscal subrogante, es la encargada de llevar el caso desde la fiscalía, logró que el juez emita orden de prisión para principal implicado Foto: El Telegrafo
En ese caso, cuenta la bogada Espinosa, hubo amenazas de muerte por parte de Careniña, por lo que la joven se opuso a que su madre continúe con el proceso de denuncia; a esto se sumó que por varias ocasiones se acercaron a la fiscalía para dar impulso a la denuncia, pero la respuesta fue: tiene que esperar, hay cientos de casos pendientes de despachar. “Se cansaron de solicitar que se haga justicia”, dice la abogada.
Las amenazas fueron constantes, hasta que Careniña fue capturado por el caso Carolina en marzo pasado. Su detención hizo que otras 15 familias se animen a presentar denuncias contra él, pero aún existen adolescentes del mismo barrio donde vivía Carolina que tienen miedo de hacerlo.
“En el Comité del Pueblo, hay niñas violentadas que conocen a otras del mismo sector. Ellas desaparecieron unos días y volvieron a aparecer descompuestas. Es un secreto a voces”, afirma la abogada que espera que la Fiscalía le entregue en los próximos días la acreditación para acceder a los expedientes de su caso que lleva más de un año en los archivos.
Son las mismas personas involucradas, el mismo modus operandi, el mismo barrio, el mismo tipo de adolescentes que buscaban. Quienes integran esta Red de Trata son conocidos, sus integrantes rondan por los colegios del sector del Comité del Pueblo.
EN DOS HABITACIONES DEL DEPARTAMENTO DE ROYCE PHILLIPS, SE GRABABAN LOS VIDEOS
Casa de El Abuelo en el Quito Tenis. Foto: Diario La Hora
Existe el testimonio de una menor que es considerada testigo protegida; su historia revela y ratifica detalles de cómo operaba el grupo delincuencial.
Aprovechando la necesidad de reconocimiento social, Christian G. -Careniña- conducía a sus víctimas a las redes del alcohol y las drogas, al sexo desenfrenado que no distingue entre el acto consensuado y la violación, y finalmente al departamento del ‘Abuelo’, una mezcla de padrino consentidor y depravado sexual.
No cualquiera podría ingresar a la vivienda de Royce Phillips; además de sus reclutadores, solo tenían acceso al ‘Abuelo’ los adolescentes, hombres y mujeres, que habían sido previamente seleccionados por el hombre de 65 años.
Royce Phillips, fue detenido el 27 de marzo pasado, luego de un operativo en su domicilio alquilado, en donde encontraron droga, juguetes sexuales, volantes de invitaciones a fiestas de jóvenes y dinero en efectivo por más de $9.000. Su computadora se encuentra en manos de peritos especializados. Lo mantuvieron en la zona de aseguramiento de la Unidad de Flagrancias por decisión judicial que ordenó arresto domiciliario por su edad (65 años). Pero, la jueza Irene Pérez, el pasado 15 de abril revocó el arresto domiciliario y ordenó el inmediato trasladarlo a la cárcel, luego de que un informe de la Policía ratificara que no existen las condiciones para que el "Abuelo", cumpla con el arresto domiciliario.

 

Audio tomado de un vídeo que careniña subió a su cuenta de Facebook y evidenció su conducta y la de sus amigos 
Christian G. -según la versión de la testigo protegida- cuidaba que las adolescentes reclutadas no abandonaran el grupo y cuando, eventualmente, alguna de ellas o sus familiares querían denunciarlo, las amenazaba con matarlas, les decía que tenía mucho dinero como para impedir que lo cogieran preso y que el ‘Abuelo’ siempre lo sacaba de los problemas porque tenía amigos policías. Llegó incluso a lacrar el rostro de una de las adolescentes que finalmente había vencido el miedo denunciándolo; y cuando alguna empezaba a salir con otro muchacho, recurría a la violencia: golpes, patadas y amenazas era su herramienta de coacción.
Con su mamá preocupada, buscándola constantemente, interesada en saber lo que le sucedía, Carolina -relata la testigo- quiso alejarse de Christian G. y de la ‘banda del Careniña’, como se conocía al grupo que él lideraba; todavía con un sentimiento que la unía a su victimario, lo intentó sin éxito poco antes de que la trampa en la que había caído la condujera a la muerte. Quería hacerlo, pero era entonces cuando el ‘Abuelo’ la retenía con atenciones: cuando cumplió 15 años, y a sabiendas de que ella buscaba la forma de escapar, le organizó una fiesta.

Para la ‘chinita’, como la llamaban sus amigas, era ya demasiado tarde. El 26 de agosto del 2018 su cuerpo fue hallado inerte en un terreno baldío.
En la Fiscalía se indagan tres casos: el primero contra Christian G. por violación con resultado de muerte; el segundo por fraude procesal contra dos adolescentes mujeres; y, el tercero por trata de personas con fines de explotación sexual contra Royce Phillips, el estadounidense radicado en el Ecuador hace 8 años.
Otros adolescentes están dentro de las investigaciones, como Jhonatan P. quien tiene medidas cautelares. Él, estuvo con Carolina en sus últimas horas de vida.
Royce Phillips, se encuentra custodiado en la zona de aseguramiento de la Unidad de Flagrancias desde el 27 de marzo pasado, luego de un operativo en su domicilio alquilado, en donde encontraron droga, juguetes sexuales, volantes de invitaciones a fiestas de jóvenes y dinero en efectivo por más de $9.000. Su computadora se encuentra en manos de peritos especializados.
La decisión de mantenerlo en esa Unidad y no trasladarlo a la cárcel de El Inca, como se informó inicialmente, provino de un juez que aún espera que la policía elabore un informe y le asegure que el lugar donde residía el ‘Abuelo’ (en Quito Tenis) cuenta con las garantías para cumplir con el arresto domiciliario debido a su edad.
‘CARENIÑA’ SOÑABA COVERTIRSE EN ‘EL SEÑOR DE LOS CIELOS’
El 1 de diciembre de 2016, Christian G. Alias Careniña, transmitió en vivo a través de la red social Facebook, una noche de parrillada en el departamento donde vivía Royce Phillips y al que acudieron también Julio E., un joven que se hace llamar Ayrton Sebastián Senna y un tercero a quien no se lo reconoce.
“Estoy en mi segunda casa”, “este es mi gimnasio”, comenta Careniña, mientras la cámara de su teléfono celular hace un recorrido por el suite en medio de las risas, conversaciones de los otros y decenas de botellas y vasos de cerveza que comparten.
Lo que llama la atención, es el diálogo que mantiene Careniña durante la transmisión del video, con sus amigos de Facebook a quienes les dice que él será “el futuro Señor de los Cielos”, en alusión al principal personaje de una serie de televisión estadounidense que es considerado el narcotraficante más poderoso de cuatro carteles de droga de México.
A Antoni P., quien comenta en su Facebook le increpa: “tú tienes que salir a vacilar con tu patrón, con el futuro señor de los cielos.
Y le pide a Julio E.: “muéstrales la droga, tenemos anfetaminas, la H, todo tengo, si se meten polvo…”. Julio le responde que no se puede ver.
A David V. le reitera: “acá estamos tus patrones, tomándonos unos tragos y hablando de negocios. Ya les dije que les invito a trabajar”.
“Yo soy el señor de los cielos”, repite por cinco ocasiones en el video que aún permanece en la cuenta de Careniña, en la cual, el último mensaje escrito por él, fue en septiembre del 2018, un mes después del asesinato de Carolina.
Otros diálogos con tinte sexual y palabras soeces entre los invitados y Royce Phillips se escuchan a lo largo del video. “Royce dame trabajo”, le grita uno de los jóvenes. Y el extranjero le responde: Necesito personas responsables, no que me digan a veces sí, a veces no.