La vida de los Moreno cambió desde que Lenin sumó poder en la política ecuatoriana: cargos públicos para familiares, crecimiento de su fortuna y sospechas de sobornos que pocas veces son investigadas por la justicia.
El niño Lenin Boltaire Moreno Garcés creció en la década de los 50 en medio de la Amazonía ecuatoriana. En su memoria conserva los mejores recuerdos de esos tiempos y como si del Libro de la Selva se tratase, con algo de fantasía y algo de realidad, ciertos capítulos han sido narrados por él en primera persona: “De repente nos topábamos con animalitos como el tigrillo, como el tigre, al cual le teníamos pavor y como las serpientes, a las cuales paradójicamente no les teníamos ningún tipo de miedo y jugábamos con ellas, así como lo hacían en la antigüedad en Grecia, en donde tenían dentro de sus casas serpientes que jugaban con los niños”, narraba un apacible y convencido Moreno en medio de la Cumbre Presidencial Amazónica, en septiembre de 2019, ante sus sorprendidos colegas.
Lenin Moreno siempre recuerda su niñez. Tiempos en los que ni a él ni a nadie de su familia, nunca se les ocurrió pensar que ese pequeño llegaría a la Presidencia de la República. Era un hombre con una vida de clase media, sin lujos y con las necesidades cubiertas hasta donde se podía. Junto con su mujer, Rocío de González, siempre se preocuparon de darle la mejor educación a sus tres hijas y con ese objetivo planteado, todo lo demás podía esperar. Así fue hasta el 2007.
Moreno no registró ninguna casa propia en las primeras declaraciones juramentadas de bienes que presentó apenas asumió como Vicepresidente de la República. En esos documentos consta el pequeño patrimonio que hasta entonces había conseguido: tres terrenos en el cantón Tena, provincia de Napo, en el Oriente ecuatoriano, el más valioso avaluado en menos de tres mil dólares; otro terreno con usufructo vitalicio ubicado en la parroquia Tababela de Quito, valorado en 15 mil dólares; y lo que es tal vez el lujo más grande hasta ese momento, una membresía que costó 10 mil dólares para el club Casa Blanca ubicado en Same, una bella playa de la provincia de Esmeraldas. Nada más.
Es que las cosas para la familia Moreno- González nunca resultaron sencillas, mucho más cuando el jefe del hogar quedó en silla de ruedas tras recibir un tiro por la espalda, en un asalto ocurrido el 3 de enero de 1998, en Quito. Tenía 46 años y desde entonces no volvió a caminar. Moreno, quien ya era conocido en las noches de bohemias quiteñas como un tipo alegre, se convirtió tiempo después del asalto –luego de atravesar una etapa de depresión- en un motivador que daba charlas en las que contaba su experiencia y de cómo pudo superar sus dolores físicos con la terapia de la risa.
Hasta que llegó el 2006. Fue Gustavo Larrea, amigo de su militancia de izquierda, quien le propuso a Moreno ser binomio del entonces candidato a presidente Rafael Correa, un ventarrón político que terminó como un fenómeno electoral. Moreno aceptó y desde entonces nada es igual. Ni para Moreno, ni para su esposa, ni para sus hijas, ni para sus hermanos. Ni para otros familiares cercanos. Ahora los Moreno tienen poder.
Así fue que Irina Moreno, una de las tres hijas de Moreno, estuvo durante seis años -tres de los cuales con su papá de Presidente- como funcionaria diplomática del Ecuador en las Naciones Unidas, primero en Ginebra, después en Nueva York, con un sueldo mensual de USD 8000. Solo en mayo de 2020 dejó su cargo, con la agudización de la crisis fiscal. Los hermanos de Moreno, Gary y Edwin, tienen cada uno partido político, que participarán activamente en las próximas elecciones de 2021. Otro hermano, Guillermo, a más de ser Fiscal, fue candidato a la Asamblea en 2017, sin éxito. Por el lado de la Primera Dama, Rocío González, su primo Héctor González es gobernador de Cotopaxi, y dos esposos de sus primas están al frente de oficinas del Estado en esa misma provincia. Mientras que al frente del Consejo Nacional de la Judicatura está su concuñada, María Maldonado.
Su patrimonio también ha cambiado. Aunque no está declarado como propio y hay indicios de una triangulación societaria, apareció a nombre de la empresa Ina, creada por el hermano de Moreno, Edwin, un departamento en Alicante, España, y una cuenta bancaria en Panamá, con varios millones de dólares depositados por una constructora china, lo que originó una investigación fiscal todavía en desarrollo.
LAS COIMAS QUE QUEDARON EN LA NADA
Un primo, un cuñado, un hermano. A su turno, cada uno de estos tres familiares de Lenin Moreno han aparecido en noticias relacionadas con presuntas coimas derivadas del ejercicio político y contrataciones públicas. Los dos primeros casos -el primo y el cuñado-están cerrados en la Justicia, mientras el del hermano Edwin sigue en investigación fiscal, pudo comprobar esta investigación desarrollada por La Historia en alianza editorial con CONNECTAS y con el apoyo del Internacional Center For Journalists (ICFJ).
La primera vez que un familiar de Lenin Moreno estuvo involucrado en un presunto acto de corrupción, ocurrió en el 2008, un año después de asumir como vicepresidente. Su primo Arturo Germán Moreno Encalada fue detenido en Quito acusado de cohecho. Según la denuncia presentada, Moreno Encalada llegó hasta el despacho del Director Regional del Servicio de Rentas Internas, Marcelo León Jara, con un maletín con USD 12.500, que era parte de una coima para desvanecer una deuda por impuestos de la constructora Hidalgo&Hidalgo por USD 1,2 millones. El funcionario León no aceptó el trato, pero la maleta fue dejada en su oficina, contra su voluntad. Por eso, León pidió ayuda a la Policía. Los agentes pusieron micrófonos y grabaron cuando en una visita posterior, Moreno reconoció que el maletín era de su propiedad. Los policías, que estaban escondidos en el baño, detuvieron al primo del Vicepresidente.
El juez de lo Penal Luis Fernández legalizó la detención de Moreno Encalada y en ese momento Lenin Moreno solo indicó públicamente que debían desarrollarse las investigaciones con independencia. El juicio siguió adelante y Moreno Encalada finalmente fue absuelto, pues se consideró que las pruebas obtenidas por la Policía no tenían validez procesal porque no habían sido ordenadas por un Juez. Después se dedicó a hacer política con su organización Pueblo, Igualdad y Democracia, con la que hizo campaña a favor del Sí en la Consulta Popular promovida por su primo en 2018.
El segundo caso de una denuncia contra un pariente de Lenin Moreno, esta vez su cuñado, tuvo un protagonista con mayor peso. El denunciante era nada menos que el hermano mayor del presidente Rafael Correa, Fabricio Correa. “Yo fui personalmente a la casa de Lenin, en Quito, y le dije en su sala que su cuñado Antonio Hidalgo estaba pidiendo coimas por la adjudicación de una obra en Loja”, recuerda en estos días Fabricio. La respuesta que recibió de Moreno, según Correa, fue que era algo preocupante y que se investigaría. Como respaldo, el denunciante presentó una letra de cambio por el valor de un millón y medio de dólares, que respondería al monto de la coima. Pero cuando el tema se hizo público, el Vicepresidente Moreno le restó validez, dijo que la letra de cambio presentada por Correa era falsa y que “cualquier estudiante de primer año de Diseño Gráfico la podía falsificar”.
El hermano de Correa asegura que presentó el caso ante el Fiscal Washington Pesántez, pero éste no le dio ninguna esperanza de que el caso se investigaría: “Me dijo que no podía hacerle eso al gobierno de mi hermano con quien se llevaba muy bien desde cuando estudiaron juntos en Bélgica”, relató el denunciante. Esta referencia es negada por el ex fiscal Pesántez, quien calificó como “una estupidez más” de Fabricio Correa tal afirmación: “Nunca me dijo nada y yo nunca le hubiera contestado así”, refiere. Hasta allí llegó la acusación contra el cuñado de Lenin Moreno.
Lenin Moreno apareció por primera vez involucrado directamente en un caso de corrupción por el caso conocido como “Inapapers”, en alusión al nombre de la compañía offshore Ina Investment Corp. Esta sociedad, que fue creada por su hermano Edwin Moreno primero en Belice y luego en Panamá, recibió USD 18 millones pagados por la constructora china Sinohydro, la misma que fue denunciada por sobreprecios en la construcción de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, una obra que costó alrededor de USD 2500 millones.
Ese pago fue hecho por los servicios de lobby con la constructora realizados por Xavier Macías y Conto Patiño, amigos personales del presidente Moreno, quien era Vicepresidente en ese momento, tal como lo publicó el portal La Fuente de los periodistas Fernando Villavicencio y Christian Zurita. El lobby ocurrió en 2012, pero la existencia de la empresa y de los millonarios pagos recién se hicieron públicos en 2018 por los periodistas Villavicencio y Zurita. Ina, la razón social de la offshore, coincide con el final de los nombres de las tres hijas del presidente Moreno: Irina, Karina y Cristina.
El tema se hizo público y la primera consecuencia fue de corte privado: el hermano del presidente, Edwin, disolvió Ina Investment 12 días después de la publicación por parte de la prensa. Pero los periodistas Villavicencio y Zurita ya habían revelado que de las cuentas bancarias de la offshore habían salido pagos para comprar un departamento en Alicante, España, e incluso para comprar los muebles costosos que ocupó el mismo Lenin Moreno mientras vivió en Ginebra, Suiza, como Representante Especial para las Discapacidades de la ONU, en el periodo de 2013 a 2016.
Los aludidos hermanos Moreno, Lenin y Edwin, dieron su explicación: todo se trataba del pago de una deuda pues años atrás, cuando Edwin Moreno era migrante en Estados Unidos, le hizo un préstamo a Xavier Macías, necesitado de dinero. Y los depósitos que hizo Macías a Edwin Moreno eran la devolución.
Del caso InaPapers se motivó una investigación por parte de la Fiscalía General, indagación que avanza a pasos lentos, sin mayores hallazgos por parte del Ministerio Público. Casi dos años después de haberse iniciado esta causa, lo que se ha conseguido es que Panamá envíe la información completa de los movimientos de las cuentas bancarias de Ina Investment. Pero esta información no es pública porque goza de la reserva impuesta por la ley al tratarse de una investigación en curso. Lo que sí se sabe es que la fiscal General Diana Salazar también solicitó información bancaria de los investigados a Suiza, pero ese país se lo negó.
Edwin Moreno en 2018 constituyó el movimiento político Ecuatoriano Unido para apoyar políticamente a su hermano y a la Consulta Popular que convocó ese año. Igual que lo hizo el otro hermano, Gary Moreno Garcés, máximo líder del movimiento Libertad es Pueblo. Las dos organizaciones de los hermanos Moreno han presentado candidatos presidenciales para competir en las elecciones del próximo 7 de febrero.
Al Presidente de la República se le pidió una entrevista para tocar los temas planteados en este reportaje, por medio de la titular de la Secretaría de Comunicación, Caridad Vela. No se obtuvo una respuesta.
EL PODER DE LA PRIMERA DAMA
Rocío González Navas es de Latacunga, capital de Cotopaxi, una ciudad de fiestas y tradiciones. En esa provincia es donde su primo es gobernador y dos esposos de sus primas ocupan jefaturas en la Contraloría y Empresa Eléctrica.
Rocío González Navas, la Primera Dama del Ecuador, nació en Latacunga dentro de una de las familias más tradicionales. Cuando su esposo llegó al poder, Rocío González decidió ayudarlo, especialmente en el campo social de la Vicepresidencia, de donde salió Moreno con altos índices de popularidad. Ahora que es Presidente, ella tiene una activa participación en el plan de construcción de casas populares, pero la aceptación del político Moreno ya no es la misma de antes.
Las críticas se sienten más fuerte en Latacunga. El Gobernador de la provincia de Cotopaxi, Héctor González Jara, quien es primo hermano de la Primera Dama y vivió en casa de ella durante su juventud es el foco de esas acusaciones. A más del nepotismo, a González se lo señala de no cumplir con eficiencia sus labores y estar en ese cargo únicamente por el dudoso mérito de su parentesco. “Es una sinvergüencería que se repartan así los cargos. Pero para pagarnos nuestros sueldos no sirven y se atrasan constantemente”, se queja la profesora Rosana Palacios, quien ha sido presidenta de la organización nacional de maestros escolares más grande del Ecuador.
González Jara ha estado dos veces en el cargo, las dos por decisión de su primo político. En el 2019 renunció solo para ser candidato a Prefecto de Cotopaxi, pero perdió. Ya derrotado, volvió a ser designado Gobernador y allí sigue, sin conceder muchas entrevistas a los periodistas.
Héctor González Jara no es el único familiar de la Primera Dama en el sector público. También está el Gerente de la Empresa Eléctrica de Cotopaxi, José Alberto Semanate Noroña, quien está casado con Paulina González, otra prima de Rocío González. Y a la vez, el Director Regional de la Contraloría, Iván Andrade Hidalgo, está casado con Ruth Angélica González Jara, prima de la esposa del Presidente. “No hay derecho, no es justo. Mientras a los profesores nos deben dos meses de sueldo, los parientes del Presidente están muy bien ubicados y con buenos cargos”, reclamaba el pasado 18 de agosto frente a la Gobernación de Cotopaxi el profesor Luis Rivera.
No solo en Cotopaxi la Primera Dama tiene autoridades con parentesco. En enero de 2019, Ecuador recibió con sorpresa la noticia de que la jurista María del Carmen Maldonado, ex jueza de la Corte Constitucional en el gobierno de Correa, y quien había seguido las directrices políticas de ese régimen, ahora estaba al frente del Consejo de la Judicatura, el organismo que controla y sanciona las actuaciones de todos los jueces y fiscales del país. Lo que no se dijo es que la Primera Dama y María Maldonado son concuñadas.
A nadie le importó demasiado esta cercanía familiar. Hasta que en septiembre de 2019, tres abogados denunciaron que Diego Molina Restrepo, esposo de la presidenta de la Judicatura, María del Carmen Maldonado, les había pedido USD 120.000 a cada uno para conseguirles el nombramiento de Notario en Quito. Y que ellos estuvieron dispuestos a pagar e hicieron un adelanto de USD 60.000 cada uno, dinero que fue entregado a Christian Ramírez, delegado de Molina Restrepo, según relatan. El asunto fue que, según los denunciantes, nunca se les entregó el cargo ofrecido ni tampoco se les devolvió el dinero pagado. Se sentían estafados.
La presidenta de la Judicatura, María del Carmen Maldonado, reaccionó de inmediato: convocó a una rueda de Prensa y dijo que todo se trataba de un pasquín, que las firmas de los supuestos denunciantes habían sido falsificadas. Pero la Fiscal General Diana Salazar abrió una investigación y llamó a declarar a Maldonado y a su esposo, versiones que fueron rendidas el 28 de diciembre pasado. Desde entonces, no se ha sabido nada más, pues la indagación sigue siendo reservada. La concuñada de la Primera Dama ha continuado ejerciendo su complicado cargo.
EL CASO IRINA Y SU INFLUYENTE YERNO
Al Presidente Lenin Moreno se le hizo difícil hacer público el anuncio sobre la salida de su hija, Irina Moreno González, del cargo diplomático que mantuvo como Consejera de la Misión de Ecuador ante la ONU en Nueva York, con un sueldo mensual cercano a los 8 mil dólares. La hija del Presidente llegó a esta representación en 2014, primero en Ginebra, Suiza, acompañando a su padre que había sido designado por la ONU en la función honorífica para las Discapacidades, con todos los gastos pagados por el Estado ecuatoriano y la decisión tomada por el gobierno de Correa.
Cuando Moreno decidió correr por la Presidencia, su hija pidió el cambio a Nueva York y se lo dieron. Moreno ganó la Presidencia y su hija siguió en el cargo hasta que, a fines de mayo de 2020, el Presidente informó que su hija había decidido renunciar. Esto ocurrió luego de que se dieran fuertes críticas al cargo de su hija y a su generoso sueldo en plena crisis económica -en sus 6 años en el cargo, se le pagó USD 570.000-. El último intento para justificar el cargo de Irina Moreno lo hizo el ex Canciller José Valencia, quien calificó como bueno el trabajo que la joven realizaba en las Naciones Unidas. Fue un intento vano porque ella se fue, al igual que el Canciller, quien renunció un mes después.
Otra de las hijas del Presidente, Cristina, hizo noticia en las páginas sociales a inicios de 2013. Fue por su matrimonio realizado en la patrimonial iglesia de La Compañía, en Quito, con el joven ingeniero agrónomo guayaquileño Juan Enrique Rodríguez Malo. Del yerno del Presidente se tuvo noticias posteriormente en 2016, cuando se reveló que una empresa suya había ganado un contrato público por USD 1,6 millones para limpiar unidades de Policía. El asunto no levantó mucho polvo ni fue ningún obstáculo para la campaña presidencial de Moreno, que consiguió un triunfo sobre Guillermo Lasso, que acusó de fraude en las elecciones de 2017.
El joven yerno, Juan Enrique Rodríguez Malo , tendría una fuerte influencia en la designación de funcionarios públicos, según un audio filtrado al medio digital La Fuente, en el que habla Santiago Cuesta Caputi, entonces asesor presidencial de Lenin Moreno. En ese audio, Cuesta dice que Rodríguez Malo ha puesto al director de la Agencia de Regulación y Control Sanitario, una importante oficina del gobierno que aprueba la importación y venta de insumos médicos y medicinas en Ecuador. Buscamos una entrevista con el yerno del presidente, sin una respuesta positiva. La Historia intentó contactar sin éxito a Rodríguez Malo para consultarle sobre lo que se ha publicado respecto a él y su supuesta influencia en el gobierno de su suegro.
La influencia del yerno en el gobierno es un hecho real, dice el periodista Fernando Villavicencio, autor de la investigación Arroz Verde, con la que condenaron a 8 años de cárcel por cohecho al ex presidente Correa y a 19 procesados más. Para muestra pone otro botón: la designación de María de Lourdes Rodríguez Malo, hermana del yerno del Presidente, como funcionaria de la embajada de Ecuador en Madrid, España. Y pide prestar también atención a la relación societaria del yerno Rodríguez Malo con el español Emilio Torres Copado, quien fue el vendedor del departamento en Alicante para la empresa Ina, lo que ahora está en investigación por la Fiscalía.
Lenin Moreno no ha dicho que hará después que entregue el poder el próximo 24 de mayo de 2021. Pero lo cierto es que con una aceptación de apenas el 6% de la población, según las últimas encuestas, el futuro está marcado como para un retiro definitivo de la política. Serán 14 años de un vertiginoso paso por el poder que cambiaron su vida y la de los suyos, sin habérselo propuesto siquiera. Ese niño que nació en medio de la selva amazónica solo pretendía jugar con las serpientes.
Este reportaje fue realizado por La Historia en el marco de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación de las Américas, del International Center for Journalists (ICFJ) en alianza con CONNECTAS.
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