Gladys Estefania Rengel Acosta
Quiero dedicarte esta columna Gladys, estés donde estés. No logro sacarte de mi cabeza… La historia de tu desaparición gira dentro de mí y se apoderó de todo lo que soy capaz de pensar.
Quisiera que sepas que en el año 2022, tendrías un colectivo feminista que acompañaría a tu madre en tu búsqueda, dentro de las 72 horas posteriores a tu desaparición, indispensables para recoger indicios. Que muchas mujeres abogadas estarían abanderadas de tu caso, que hoy tus hermanas exigimos nos expliquen qué te pasó.
Mientras imagino una serie de posibilidades de lo que te pudo suceder, las lágrimas salen de mis ojos con impotencia y rabia. Tú comprendes mejor que nadie que el misterio aun no resuelto de tu desaparición, es la prueba de todas las opresiones naturalizadas ejercidas sobre las mujeres operando en el año 2004.
Hoy inclusive los sectores conservadores de la opinión pública comprenden que una mujer menor de 18 años se encuentra sujeta a una relación de poder, a pesar de que le pinten el tema como «amor». Recuerdo claramente que el día tu mamá y tu abuelita no te volvieron a ver, tenías apenas 17 años.
Que hoy, la única línea de investigación posible, no sería aquella que se ajusta a la moral y las buenas costumbres.
Que si te hubieran llevado al medico para revisar si estabas embarazada horas antes de que desaparecieras, el dos de marzo del 2004. Ese médico habría sido parte de la investigación, aunque se hubiera necesitado mucha presión mediática para lograrlo.
Que si lo que sucedió es que tu familia no podía competir con la influencia, o el miedo que genera un funcionario publico corrupto. Hoy sería mucho mas complicado encubrir un delito contra tu vida o integridad, gracias a todas las formas anónimas de hacer una denuncia. Que hoy, la noticia de tu desaparición y los testimonios de los que te vieron por última vez, no podrían ser borrados tan fácilmente.
Que hipotéticamente, si hoy los hombres responsables de investigar que te pasó quisieran encubrir un delito, tendrían menos poder para proteger al o los culpables.
Que hoy el control social, tiene mayores efectos sobre las instituciones, que en el año 2004. Que nosotras exigimos saber que te pasó, que el Estado tiene una deuda contigo, y con tu madre, que tu desaparición no se ha olvidado. Que aunque hayan pasado tantos años la verdad debe salir a la luz, que tu caso debe conocerse. Que no se trata solo de ti, que somos todas.