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Gunvor – Petrochina: La simulación llega a su fin

La gran pregunta a responder es por qué Gunvor pagó los sobornos de los contratos de preventa de crudo ecuatoriano con Petrochina. La interrogante abre el camino para entender que los acuerdos, que garantizaron la deuda externa con petroleo, fueron una simulación de contratos.

Simular se define como hacer parecer que existe u ocurre una cosa que no existe o no ocurre. El negocio real nunca fue de Petrochina u otras empresas estatales, cada cargamento de crudo, en el mismo puerto de Esmeraldas, era endosado a las empresas intermediarias del grupo Gunvor. Una fórmula de corrupción que empezó a ser revelada por nuestro medio desde hace una década y que acaba de ser confirmada hace poco por la justicia de los Estados Unidos.

La campanada de la justicia gringa

Estados Unidos sigue desmantelando la red de corrupción del correísmo en Petroecuador. Quince personas, entre funcionarios, contratistas y lobistas, han reconocido ante la justicia de ese país, que recibieron y/o entregaron sobornos para lograr contratos con la petrolera ecuatoriana. Las confesiones superan ya $60 millones de dólares.

El último en declararse culpable de sobornar a funcionarios de Petroecuador es el vicepresidente de Gunvor, Raymond Kohut, quien reconoció que entregó $22 millones en coimas para que Petroecuador le entregase el crudo a dos empresas asiáticas con las que Gunvor tenía acuerdos para comercializar y vender los productos petroleros ecuatorianos.

Gracias al millonario esquema de sobornos, el crudo ecuatoriano entregado a Petrochina, Unipec y Petrotailandia terminó en manos de Gunvor, a través de las intermediarias Taurus Petroleum, Core Petroleum, Ursa Shipping, Gunvor S.A. y Castor Petroleum. Compañías relacionadas con el empresario Enrique Cadena Marín, a quien este medio ha identificado como el “consultor 2” (ciudadano de Ecuador y España) tanto en los esquemas de sobornos de Vitol-Oman Trading, Core Petroleum y Gunvor.

La denuncia del agente del FBI, James Kelley, señala que Gunvor “ayudó a obtener financiamiento por aproximadamente $5.400 millones en préstamos respaldados con petróleo de las entidades estatales a Petroecuador de conformidad con los contratos”.

Y que el esquema de pagos irregulares surgió con el primer contrato de compraventa de crudo, que se firmó en 2009 con Petrochina, para garantizar el préstamo de $1.000 millones que China le entregó al Ecuador.

Las líneas de crédito pagadas con petróleo se basaron en convenios de alianzas estratégicas y en el decreto 466, firmado por Rafael Correa Delgado.

Si bien el primer contrato de préstamo se firmó con Petrochina, fue la empresa Gunvor la que negoció y pagó la coima para que Petroecuador le diera el contrato.

Ese esquema se repitió tantas veces y solo quedó en evidencia cuando se descubrió la trama del caso Vitol, que en 2016 pagó las coimas por el contrato adjudicado a Oman Trading International Limited.

Quiere decir que fueron las intermediarias las que realmente controlaron los contratos de préstamos soberanos, garantizados con petróleo. Algo que, expertos consultados llaman simulación contractual.

En septiembre de 2020, el Consorcio Internacional de Periodistas – ICIJ, con información obtenida de la Unidad de Inteligencia Financiera Estadounidense (FinCEN), reveló que la empresa Fairgate Trading Corp., de propiedad de Enrique Cadena Marín, recibió $10,2 millones de la intermediaria Core Petroleum, firma vinculada a Taurus Petroleum, Castor Petroleum, Ursa Shipping y Gunvor. Core al igual que sus relacionadas revende el crudo ecuatoriano.

En Ecuador Core Petroleum está representada por el abogado Daniel Pino, que también es patrocinador jurídico de Enrique Cadena. Además, Pino figura como representante de Oman Trading, pantalla de Vitol.

A los contratos con Petrochina le siguieron otros con Unipec Asia Co. Ltd. (Sinopec), PTT Petrotailandia Public Company Limited, Oman Trading International Limited. Aunque los contratos comerciales suscriben las empresas estatales, los contratos de fletamento de buques con Flopec lo realizan las intermediarias.

En el caso de Petrochina, toda la documentación referida a los cargamentos del crudo se entrega a Petrochina International América, firma creada en Panamá y domiciliada en Houston, Texas.

Los documentos judiciales explican que Raymond Kohut no montó el esquema de sobornos, solo. Le ayudaron dos “consultores” que, a través de dos empresas gestionaron, cobraron y repartieron las coimas a tres funcionarios de Petroecuador. El mismo esquema que usó Javier Aguilar de Vitol, hecho público en diciembre de 2020.

Las investigaciones de Periodismo de Investigación PI encaminan nuevamente a ratificar que los consultores 1 y 2 en ambos casos (Vitol y Gunvor)  son los mismos empresarios: Antonio Peré (consultor 1, un ciudadano de Ecuador, Estados Unidos y España) y Enrique Cadena Marín (consultor 2, ciudadano de Ecuador y España), identificado como agente de Gunvor.

Kohut y los consultores “ofrecieron, prometieron y pagaron sobornos” a funcionarios ecuatorianos a cambio de que ayuden a Gunvor y a otros, a “obtener y retener negocios con Petroecuador”.

De los funcionarios sobornados, la denuncia de Kelley dice que uno ocupó un cargo alto en Petroecuador entre 2010 y mayo de 2017. Dados los hechos y las fechas todo conduce al exgerente de Comercio Internacional Nilsen Arias Sandoval, que ocupó ese cargo entre 2010-2017. Arias también aparece en el esquema de sobornos de Vitol como alias “gordo”.

El funcionario 2 “tuvo responsabilidades en el sector energético” entre 2018 y marzo de 2020 en el Gobierno. Fuentes de PI señalan que se trataría del exministro de Energía y Recursos Naturales No Renovables, José Agusto Briones.

De mayo de 2017 a mayo de 2018, José Agusto fue asesor del entonces ministro de Hidrocarburos, Carlos Pérez. Luego fue nombrado Secretario Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades) y a finales de 2018, secretario de la Presidencia.

En noviembre de 2019, se posesionó como ministro de Energía y Recursos Naturales, cargo al que renunció en marzo de 2020. José Agusto Briones es parte de otra trama de sobornos conocida como Las Torres, causa por la que se encuentra detenido.

Uno de los operadores políticos de Enrique Cadena Marín, en el gobierno de Lenín Moreno, fue el exconsultor presidencial Santiago Cuesta Caputi, quien reconoció ser compadre del “zar petrolero”.

La relación de Cadena y Cuesta se confirmó en al menos una transferencia bancaria de 2012, por $200 mil. El poder de Cadena se hizo presente en la campaña electoral del binomio Moreno – Glas en 2017, con varios compromisos económicos.

El funcionario 3, según los documentos judiciales, reemplazó al “alto funcionario 1” a partir de 2017 en Petroecuador. Este medio le consultó a Mauricio Samaniego, quien también ocupó la gerencia de comercio internacional. Le preguntamos si estuvo involucrado en el sistema de sobornos.

Respondió que esos contratos fueron firmados años antes de que ocupe cargos en Petroecuador, que al no haber sido parte de acuerdos del pasado no había razón para que su nombre sea involucrado en el caso: “yo no reemplacé a Nilsen Arias en la gerencia de comercio internacional, yo reemplacé a Jorge Cisneros y nunca supe de Gunvor, si se quiere certezas soliciten los nombres a la justicia”, dijo.

Samaniego ocupó el cargo de gerente de comercio internacional entre diciembre de 2017 y noviembre de 2020.

La única negociación directa realizada por Gunvor, fue en 2020, asociada a la firma Sycar, durante el gobierno de Lenín Moreno, cuando obtuvo de forma discrecional una autorización para importar gas natural, un acuerdo comercial cuestionado por varios sectores.

El esquema

En el caso Gunvor, los consultores crearon empresas en Panamá e Islas Vírgenes para gestionar, ocultar y realizar los pagos irregulares.

Los sobornos salían de las cuentas de Gunvor en Singapur a las cuentas bancarias de los consultores en Suiza, Panamá e Islas Caimán. Luego, las coimas eran transferidas a las cuentas de los funcionarios de Petroecuador. La mayoría de los pagos realizados por Gunvor se hicieron a través de cuentas bancarias en EE. UU, “en parte para ocultar las ganancias de los esquemas de sobornos”.

Para lavar las coimas simularon contratos de consultorías ficticias. Tal como lo hizo Vitol (y Odebrecht) en sus sistemas de sobornos, porque el dinero sucio debe justificarse de alguna forma.

Los consultores celebraron contratos falsos de consultorías con una subsidiaria de Gunvor en Singapur. Esos acuerdos establecían que Gunvor pagaría a las “empresas consultoras” una comisión por cada barril de petróleo que obtuviese.

El mismo mecanismo que usaron Enrique Cadena Marín y Jaime Baquerizo Escobar para cobrar las comisiones por “ayudar” en las negociaciones en la primera preventa de crudo firmada con Petrochina en 2009. Es así como el crudo que salió de Ecuador terminó en manos de Gunvor.

Contrato de Eston Trading

Solo en ese contrato Ecuador entregó más de 69 millones de barriles. La misma Contraloría General del Estado reconoció que el crudo ecuatoriano entregado a Petrochina tenía “libre destino”, no llegaba a China porque se revendía en otras partes del mundo y era cargado por Taurus Petroleum, cuyos propietarios Ben Pollner y Edward Pollner, también administraban Castor Petroleum y Gunvor S.A. de Panamá, esta última creada en 2007. Una de las cláusulas negociadas con los sobornos fue la introducción en los contratos de la cláusula de libre destino, violando la normativa de alianzas estratégicas.

A cambio de su gestión, Cadena y Baquerizo, a manera de comisión, recibieron $1 dólar por cada barril que Petroecuador entregó. Fue Castor Petroleum -otra intermediaria- quien pagó las comisiones a través de Waterway Petroleum Ltd., compañía que también es parte del grupo Gunvor.

Waterway Petroleum Ltd simuló contratos de asesorías en comercialización de crudo con Eston Trading Ltd., una compañía creada en Nevada, EE. UU. con dinero de Naparina Corp. S.A, de Enrique Cadena. Eston Trading a su vez contrató a Livinstong Financial Corp. para que sea su agente, a cambio de una comisión de $ 0,80 por barril. Es así como USD 0,20 fueron a la cuenta Eston Trading Ltd. y USD 0,80 a Livingston Financial.

La ruta peruana

Información de Petroperú nos permitió confirmar el perjuicio en la intermediación. El crudo ecuatoriano facturado por Petroecuador a Petrochina, Unipec y PTT y entregado en el puerto de Esmeraldas, presenta entre 3 y 5 dólares menos que el precio de facturación (precio de mercado) pagado por la estatal peruana a las intermediarias Gunvor, Core, Taurus y Castor.

Considerando una diferencia promedio de 3 dólares por barril y 1300 millones de barriles comprometidos, el perjuicio para Ecuador hasta el año 2024, llegaría a $4 mil millones.

Este medio ha publicado más de una docena de reportajes sobre la relación de Cadena con las intermediarias y funcionarios de Petroecuador. En un reportaje de septiembre de 2019, el portal hizo público un correo electrónico, de enero de 2011, en el que José Ordóñez (Cortisona), ejecutivo de Petroecuador, le comunicaba a José San Martín, empleado de Cadena, que habían “valores pendientes en el tema de Petrochina, puesto que inclusive no se canceló valor alguno en las fiestas navideñas.

Te solicito realizar las gestiones pendientes a fin de regularizar los pagos de manera continua”, se lee en la comunicación.

Otros correos a los que este medio ha tenido acceso dan cuenta de la relación comercial existente entre Cadena y los ejecutivos de Taurus Petroleum, Core Petroleum y Castor Petroleum.

En estos documentos se advierte que son los intermediarios quienes manejan la cadena de trading, coludidos con las empresas estatales que sirven de pantallas para evitar la licitación.

La investigación de Estados Unidos, basada en información proporcionada por dos testigos cooperantes, registros bancarios, llamadas telefónicas y reuniones grabadas, comunicaciones de WhatsApp y correo electrónico, revisión de contratos, acuerdos y otros documentos, señala que, hasta febrero de 2020, Kohut y sus conspiradores se reunieron en Estados Unidos para tratar el tema de los sobornos en Petroecuador.

¿Pero, cómo se conocieron Raymond Kohut y Enrique Cadena?

Kohut conoce bien cómo funcionan los negocios petroleros en Ecuador. Hace 20 años fue gerente de relaciones comunitarias del Consorcio OCP (integrado por Occidental Petroleum (Oxy), Alberta Energy Corp., Kerr McGee, AGIP-ENI, Perez Companc, Repsol-YPF, Techint) que construyó el oleoducto de crudos pesados.

Cuando estuvo vinculado a Oxy (que extraía crudo del bloque 15 en las provincias de Sucumbíos y Orellana) conoció a Carlos Cadena, este a su vez, le presentó a Enrique Cadena. En 2006, Oxy dejó el país porque el presidente Alfredo Palacio declaró la caducidad del contrato por violar la Ley de Hidrocarburos. Enseguida la compañía Taurus Petroleum, de la mano de Enrique Cadena, se adjudicó los cargamentos de crudo de los campos que estaban a cargo de Oxy. Kohut y Cadena empezaron a trabajar juntos comercializando el crudo ecuatoriano.

En enero de 2013, el libro “Ecuador, made in China”, de Fernando Villavicencio, reveló el millonario negocio que tenían las intermediarias con el crudo ecuatoriano. Identificó a Enrique Cadena, Raymond Kohut y varias empresas intermediarias como los dueños del negocio de la intermediación y reveló que Kohut, de Gunvor en Ecuador, estaba vinculado desde hace años a Castor Petroleum y Taurus Petroleum.

Para 2013 la fiscalía de New York investigaba las operaciones de Gunvor y recibió información de respaldo del libro Ecuador made in China.

En 2014 el gobierno de Obama emitió sanciones en contra de Gunvor Group.

En Ecuador los representantes de Gunvor son el estudio Bustamante & Bustamante, que además tiene relación con Taurus Petroleum, pues Bayardo Poveda, abogado de ese estudio, endosaba los conocimientos de embarque de Petroecuador – Petrochina a nombre de Taurus Petroleum. Bayardo Poveda es primo hermano de Rafael Poveda, exministro Coordinador de Sectores Estratégicos del régimen correísta. El referido estudio jurídico, también asesoró al exvicepresidente Jorge Glas, sentenciado por corrupción.

Miles de documentos en poder de PI y de la Fiscalía de Ecuador, confirman las rutas del petróleo y del dinero. Los conocimientos de embarque (bill of lading) son endosados en representación de Petrochina América (off shore panameña) por el banco Paribas y en representación de Taurus Petroleum por Bayardo Poveda (Bustamante & Bustamante).

La refinería compradora del crudo deposita el dinero en la cuenta de la empresa intermediaria (Taurus) en el Paribas. A través de correo electrónico, Natasha Lecomt, operadora de Taurus, autoriza transferencia de la comisión, de la cuenta del Paribas a una cuenta de Enrique Cadena (Consultor) en el JP Morgan de EEUU. Y, de acuerdo con las investigaciones de la justicia norteamericana, de esos recursos, el consultor entregó los sobornos a los funcionarios del gobierno de Rafael Correa.

¿Quiénes ganaron en el negocio de la compraventa de crudo?

Todos, menos Petroecuador. La comercialización de crudo en Ecuador es un negocio lucrativo de las intermediarias que se esconden detrás de las fachadas de las empresas estatales con el fin de evitar los procesos de licitación.

Ganan las intermediarias que compran el crudo más barato y lo revenden en cualquier parte del mundo a precios mayores a los comprados a Petroecuador. Análisis comparativos de precios de los mismos buques facturados en Ecuador, difieren hasta en 5 dólares el barril, de los facturados en refinerías de Perú.

Ganan las empresas estatales y sus países. En el caso de Petrochina que, aunque no comercia directamente con el crudo ecuatoriano, gana porque tiene negocios a futuro. Entregando préstamos con altos intereses y garantizados, además, con crudo a precios inferiores a los del mercado.

Gana el gobierno chino que obliga a Ecuador a contratar con sus empresas, utilizando parte de los créditos (tramo B) para financiar obras con sobreprecios.

Conclusión:

Entre 2009 y 2020, los gobiernos de Rafael Correa y Lenín Moreno, suscribieron líneas de crédito por más de 20 mil millones de dólares, garantizadas con la entrega de 1300 millones de barriles de petróleo y fuel oil, hasta el año 2024.

Dependiendo del precio del petróleo, se estima que durante ese período Ecuador entregó un volumen cinco veces superior al requerido para cubrir el monto de la deuda. Es decir, con un precio promedio de 60 dólares el barril, se requería apenas 350 millones de barriles para pagar la deuda total, pero se comprometió un volumen cinco veces superior.

Las empresas estatales y sus intermediarias manejaron $80 mil millones en negocios a futuro, lo que en buen romance significa que acabaron prestando a Ecuador su propio dinero con intereses usureros. Una auténtica estafa transnacional.

Los negocios con Petrotailandia ponen claridad sobre este mecanismo delictivo. El contrato de provisión de crudo con PTT no cuenta con un colateral financiero, es decir no hay banco que garantice el crédito. ¿Cómo así una empresa petrolera presta dinero con intereses?

En realidad los créditos salen de los propios intermediarios que utilizan el petróleo como garantía o de otras fuentes sospechosas. El contrato no lo firma la empresa pública de Tailandia, sino su trader privado de Singapur. Fuentes del sector confirmaron a PI que los contratos con PTT fueron negociados por Nilsen Arias, William Vásconez, Marco Calvopiña y Antonio Peré. Este último vinculado al caso Odebrecht por José Miguel Terán, quien reveló que la constructora brasileña entregó millones de dólares a Marco Calvopiña, a través de una off shore de Peré.

La participación de Antonio Peré como operador del correísmo fue confirmada por el exministro de Hidrocarburos Carlos Pérez, al revelar que Peré junto a William Phillips (Crupo Azul), -en representación de Jorge Glas- negociaron con él, cuando representó a Halliburton, un crédito de $1500 millones a cambio de la concesión del campo petrolero Sacha. Un negocio que finalmente no prosperó.

Durante los últimos 14 años, las negociaciones de deuda externa y negocios de los sectores estratégicos, especialmente con China y Tailandia, contaron con la asesoría de la firma norteamericana Hogan Lovells (HL). Este portal pudo establecer que en la actualidad HL gestiona créditos al sector público y privado de Ecuador y uno de sus operadores es el exsecretario de crédito público, William Vásconez.

El engaño revolucionario

En 2007, el flamante presidente Rafael Correa Delgado, condenaba la intermediación petrolera: “Regalábamos nuestros dineros a las transnacionales y a los intermediarios, ahora se acabó la intermediación de los crudos. Petroecuador es la única empresa de producción de crudo que yo conozco, que no vende al consumidor final, que es la refinería, sino al intermediario.”, decía.

El discurso aplaudido por millones le permitió al joven mandatario -autoproclamado izquierdista-, levantar un andamiaje jurídico y contractual dirigido a entregar directamente el petróleo ecuatoriano a empresas estatales de los “países amigos”. En boca de Correa, el crudo debía ser llevado a las refinerías públicas. Supuestamente, era la muerte de los intermediarios.

Nadie se imaginaba que ese discurso resultaría una estratagema orientada a ocultar a viejos y nuevos traders, utilizando como pantallas a empresas estatales de los «países amigos».

Así, en casi quince años de revolución ciudadana, se perpetró uno de los mayores negociados de la historia petrolera ecuatoriana, delito que ahora empieza a ser confirmado por la justicia de USA.

Petroecuador incumplió la ley al contratar firma de abogados que demandó a Villavicencio

Las demandas penales y las órdenes de prisión fueron los principales dispositivos del correísmo para neutralizar investigaciones sobre corrupción y silenciar a la sociedad crítica. Esos hechos de persecución vuelven a ser noticia luego de que Raymond Kohut, vicepresidente de la transnacional Gunvor se declaró culpable en una corte del estado de Nueva York por sobornar a funcionarios de Petroecuador con 22 millones de dólares para obtener contratos. Fernando Villavicencio denunció la corrupción en la intermediación petrolera en Petroecuador y la respuesta de la estatal fue una demanda, que luego la propia contraloría general del Estado se encargó de declararla ilegal. Vale recordar esta historia que el correísmo y morenismo trataron de guardar en su estado de propaganda.

  • Una auditoría realizada por la Contraloría concluye que Marco Calvopiña, ex gerente de Petroecuador, presentó la denuncia en contra del autor del libro Ecuador made in China en medio de incumplimientos de las leyes de administración pública
  • Calvopiña permitió que la firma Vizueta & Asociados entregue sus servicios de patrocinio en ese caso, sin contar con un contrato de por medio.
  • Cuando finalmente se celebró el contrato, el argumento de Petroecuador para ello fue la falta de confianza en los funcionarios del área legal de la estatal.

Fueron ilegales los procesos pre contractuales y contractuales realizados por Petroecuador con el estudio jurídico Vizueta &  Asociados al encargarle la denuncia penal en contra del activista Fernando Villavicencio, por presunto uso doloso de documentos no autorizados para su publicación y falsedad de instrumentos privados, en su libro ‘Ecuador made in China’, donde se advierte sobre varios escándalos de corrupción petrolera.

Así lo señala el informe de Contraloría DASE 0063-2016, en su examen especial al proceso de contratación suscrito entre la estatal petrolera y Vizueta & Asociados S.A..

El organismo de control determina que la mencionada firma de abogados trabajó con Petroecuador en la demanda contra Villavicencio durante 7 meses antes de su contratación. Por lo que en sus conclusiones establece que el ex gerente de la estatal, Marco Calvopiña (hoy en la cárcel por estar involucrado en la mayor trama de corrupción de Petroecuador) quien presentó la denuncia en contra del activista, no cumplió las leyes que rigen la administración pública al permitir que Vizueta & Asociados entregue sus servicios de patrocinio, sin que exista un contrato de por medio. Y se destaca que la contratación, hecha posteriormente, tampoco se justifica debido a que existían suficientes abogados en Petroecuador para encargarse del proceso legal.

En el libro ‘Ecuador made in China’ publicado en enero del 2013, el eje fundamental de las denuncias de Villavicencio apuntó a los negocios de Petroecuador con Petrochina. El activista afirmó que no había preventas petroleras a ese país, sino que eran préstamos que Ecuador recibía a cambio de la entrega de petróleo: “Se prendó el crudo nacional en operaciones de crédito público… Encubrieron (las autoridades) la violación de varias normas relacionadas con el endeudamiento público, en cuanto a autorizaciones y registros se refiere y se transgredió el Art. 130 del Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas… Se afectó gravemente la capacidad financiera de EP Petroecuador; se permitió pagar directamente deuda externa pública con ingresos petroleros”. Por lo que, según la investigación de Villavicencio, con estas acciones se incumplieron los artículos 315 de la Constitución, 3 y 39 de la Ley Orgánica de Empresas Públicas, así como el Art. 91 Código de Planificación y Finanzas Públicas.

También denunció a detalle casos como el presunto peculado que se habría causado al Estado por la compra de 240 mil barriles de diesel premiun por parte de Petroecuador a PMI de México, compañía que no tenía ese combustible, pues lo compró a Glencore, una intermediaria descalificada en Ecuador, que además ofertó un precio más alto que las otras oferentes. Esta compra generó un perjuicio de unos $448.800 por el buque, de acuerdo con las estimaciones de Villavicencio.

Estas y otras revelaciones expuestas en el mencionado libro dieron pie a posteriores publicaciones e investigaciones de medios de comunicación nacionales e internacionales. Y con ello desataron la reacción del anterior Gobierno, especialmente del entonces vicepresidente, Jorge Glas, quien ahora funge el mismo cargo, pero sin funciones, en medio de su creciente involucramiento en el escándalo de corrupción de Odebrecht.

Glas y el ex secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, dispusieron a Marco Calvopiña, quien era gerente de Petroecuador, que inicie la acción penal en contra del activista, así consta en el informe de Contraloría.

En efecto,  el 5 de diciembre del 2013 Calvopiña presentó en la Fiscalía General del Estado la denuncia en contra del autor del libro ‘Ecuador made in China’ con el patrocinio del estudio jurídico Vizueta & Asociados “por contener hechos fraudulentos lesivos y dañinos en el que se ha distorsionado la naturaleza de los documentos originales que reposan en los archivos generales de la empresa”.

Pero esta firma de abogados externos ya estaba en escena dentro de la historia de este polémico caso desde fines de agosto del 2013, pues según la Contraloría, ya venía prestando el servicio de asesoramiento para atender las acciones judiciales que demandaba el tema,  sin que Petroecuador haya contratado sus servicios profesionales.

En 2015 Villavicencio pidió al Contralor que inicie una auditoría a los procesos pre contractual y contractual del citado estudio jurídico. La petición la hizo tras acceder a una proforma de honorarios profesionales que envió Vizueta y Asociados a Petroecuador por $580 mil, el 28 de octubre del 2013, señalando que por pedido del gerente de Petroecuador, ha realizado por casi 60 días el estudio y la preparación legal y procesal por los actos contenidos en el libro ‘Ecuador made in China’, “que lesiona gravemente a la empresa y sus funcionarios… que hay un uso doloso de documentos no autorizados para su publicación y hay también falsedad de instrumentos privados, por lo que es procedente el enjuiciamiento penal del autor del libro”.

La Contraloría hizo un examen especial, analizando el período desde el primero de enero del 2013 hasta el 16 de marzo del 2016.

El gerente de comercio internacional de Petroecuador presentó a Calvopiña, entonces gerente de Petroecuador, como sustento para la demanda en contra de Villavicencio que éste realiza afirmaciones de ciertas operaciones comerciales realizadas por la petrolera que no están acordes a la realidad y afectan a la imagen de la empresa. Sobre esta base, el 15 de noviembre del 2013 el gerente de asuntos jurídicos de Petroecuador recomienda la contratación de un abogado externo para seguir las acciones legales en contra de Villavicencio y sugiere contratar al estudio jurídico Vizueta y Asociados. El gerente de asuntos jurídicos dijo a la Contraloría que debido al monto de la propuesta original de Vizueta & Asociados también planteó a Calvopiña negociar a la baja ese valor.

El 15 de enero del 2014 la Fiscalía inicia la indagación por la acusación de Petroecuador hacia Villavicencio por supuestamente haber cometido el delito de uso doloso de documento falso de carácter público, tipificado y sancionado por los Arts. 339 y 341 del Código Penal.

Para esta fecha Vizueta & Asociados continuaba dando sus servicios de asesoría en las acciones judiciales que implicaba la demanda.

Cuando la Contraloría comunica a Héctor Vizueta Rogasner, gerente de la firma privada, los resultados provisionales de la auditoría sobre la prestación de sus servicios sin que se haya realizado previamente un proceso contractual, la respuesta de Vizueta solo ratifica lo señalado por el organismo de control, al confirmar que “antes de proceder la acción pre-procesal, Vizueta & Asociados efectuó un estudio minucioso de la documentación de los archivos de Petroecuador y la información contenida en la obra “Ecuador made in China”, labor ardua llevada a cabo con funcionarios del área de comercio exterior, archivo general y de administración de Petroecuador”. Vizueta agrega que este trabajo duró aproximadamente 60 días hasta la presentación del informe para revisión de los ejecutivos de la empresa estatal.

Luego de la lectura del borrador de su informe de auditoría, Vizueta sostiene que esta firma de abogados no ha infringido ninguna ley y que “por la complejidad del caso, no podía requerir a Petroecuador la instrumentación de un contrato, mientras no se realizaran los estudios pertinentes a la documentación obtenida, para poder determinar si merecía proseguir con alguna acción penal.”

Pese a estos argumentos, el organismo de control concluye que Calvopiña, entonces gerente de Petroecuador, no observó las leyes que rigen la administración pública, al permitir que el estudio jurídico entregue sus servicios de patrocinio sin contar con un contrato de por medio. Y observa también que en estas condiciones de incumplimiento de las leyes, el ex gerente de la petrolera estatal presentó la denuncia en contra del autor del libro ‘Ecuador maade in China’.

Al cabo de dos meses de iniciada la indagación previa de este caso, Petroecuador recién contaba con los términos de referencia para iniciar la fase pre contractual del patrocinio jurídico de Vizueta & Asociados. El 21 de abril de ese año el jefe de adquisiciones, servicios y consultorías de Petroecuador, adjudica el contrato por $200 mil, bajo el procedimiento de Régimen Especial.

Los argumentos que el subgerente de Patrocinio y admnistrador del contrato dio a la Contraloría para justificar esta adjudicación fue que “dicha firma jurídica por disposición del señor gerente general de la época ya venía trabajando en el tema, tanto con la misma gerencia general cuanto con la gerencia de comercio exterior, por lo cual al realizar el requerimiento de contratación se siguió con esa disposición…”.

Es decir, se acepta prácticamente que este contrato se asignó a dedo, sin argumentos legales y técnicos.

“No había confianza en abogados de Petroecuador”: así justifica la estatal la contratación de abogados externos“

El argumento del subgerente jurídico para explicar la contratación de abogados externos para este caso, pese a contar con profesionales del derecho en la misma empresa estatal, fue que “ a la época de asumir funciones, mediados del 2013… se habían dado circunstancias por demás extrañas, como las de no presentar recursos en casos de cuantías enormes, como el de AKIRA de $49 millones, por lo que no existía la confianza necesaria en el personal, tanto así que de la Presidencia de la República, el Secretario Nacional Jurídico remitió el oficio N° T.1 C.1-SNJ-13-564 del 27 de junio del 2013… mediante el cual se hace notar tales irregularidades; todo esto sumado a la carencia de personal, por lo que se trataba de integrar un equipo de trabajo….ya que el personal existente estaba saturado y no cubría las necesidades de defensa de la empresa”.

Luego de los informes favorables de la comisión de evaluación de Petroecuador, la Contraloría resalta que el gerente de asuntos jurídicos, al recomendar la contratación de Vizueta &Asociados no cumplió con un proceso de selectividad para la contratación,  con lo que inobservó el artículo 2 de la Ley de Contratación Pública.

Además, este proceso pre contractual inicia bajo la figura de Régimen Especial, pero el jefe de adquisiciones, servicios y consultorías de Petroecuador no argumentó las razones por las cuales se estableció la necesidad de la empresa para acogerse al mencionado Régimen Especial. Por ello, incumplió el numeral 1 del artículo 92 del Reglamento de la Ley  de Contratación pública, según la Contraloría.

De todas formas el contrato Nº 2014082 con Vizueta & Asociados se suscribe el 2 de mayo del 2014, por $200 mil más IVA, es decir 7 meses después de presentada la denuncia en la Fiscalía. El plazo era de aproximadamente tres años y el monto debía pagarse en cinco partes: $60 mil más IVA, a la presentación del informe y de la denuncia en la Fiscalía; $60 mil más IVA, al abrirse la instrucción fiscal; $30 mil más IVA, al dictarse el llamamiento a juicio; $30 mil más IVA, luego de que el Tribunal Penal emita sentencia; y $20 mil más IVA, una vez que exista sentencia ejecutoriada en firme y no se haya presentado recurso extraordinario de protección o si esto se da, una vez resuelto de forma favorable a Petroecuador.

El mismo día de la firma del contrato Vizueta envía su factura a Petroecuador por $60 mil más IVA por el primer pago, valor que le fue cancelado entre el 21 y el 28 de mayo de 2014.

El proceso de indagación continuó hasta cuando la fiscal del caso, Cecilia Garzón, solicitó al Juez de Garantías Penales de Pichincha la desestimación y el archivo de la denuncia presentada por Calvopiña, al considerar que no hay delito.

En su resolución Garzón derriba todas las imputaciones en contra de Villavicencio. Entre sus principales argumentos explica que “los hechos incorporados en la obra “Ecuador made in China “, corresponden a ideas descritas por el autor y que según la Ley de Propiedad Intelectual (Art. 10) “el derecho de autor protege también la forma de expresión mediante la cual las ideas del autor son descritas, explicadas, ilustradas o incorporadas a las obras”.  Por lo que concluye que  “los hechos denunciados no se adecúan al tipo penal como es el uso doloso de un documento público”.

Agrega que, en su libro, Villavicencio “ha plasmado sus opiniones y críticas a los diferentes gobiernos de turno, para lo cual, si bien es cierto, se tomaron como base convenios, contratos y más documentación de Petroecuador, como empresa pública, no por eso, su obra puede considerarse un documento público, peor aún falso.

Entre los planteamientos de la denuncia de Calvopiña se señalaba que producto de la distorsión de la información del libro, “él (Villavicencio) busca alterar el equilibrio económico y financiero de Petroecuador a nivel nacional e internacional, poniendo en grave riesgo aquellas negociaciones a las cuales está sometida la estatal y lo que es más, divulgando actos irreales de los primeros mandatarios del país, afectando la credibilidad, responsabilidad y honorabilidad de los mismos”.

Frente a ello la Fiscal explica que, según las pericias practicadas, “los convenios y contratos a los que refiere la denuncia, se encuentran en los archivos de Petroecuador y ya surtieron su efecto legal, por lo que la publicación de esta obra no ha impedido la firma de contratos o convenios y que a consecuencia de esto se haya producido una crisis petrolera y económica tanto de Petroecuador como del país”.

Debido a que gran parte de la información expuesta por Villavicencio en su libro había sido solicitada oficialmente por el ex asambleísta Cléver Jiménez, la Fiscalía General también se pronuncia por el fuero de Corte que entonces tenía el legislador y, en febrero del 2016, señala que la solicitud de información hecha por Jiménez se dio sobre la base de su atribución de fiscalizar los actos del poder público, amparado en el artículo 128 de la Constitución y el 192 del Código Orgánico de la Función Judicial.

El 5 de abril de 2016 el juez de la Unidad Penal de Pichincha resolvió desestimar y archivar la indagación previa.

Tras el dictamen fiscal y la resolución del mencionado juez, Vizueta & Asociados presentó a ese juzgado más informes sobre el tema, consiguiendo que en el mismo mes de abril del 2016, el juez pida al Fiscal Provincial que delegue la causa a otro fiscal que continúe la investigación. Aunque esto sí se concretó, al final el proceso fue archivado.

A pesar de que nunca se llegó a la etapa de formulación de cargos con la que inicia la instrucción fiscal,  el estudio jurídico Vizueta & Asociados ya desde el 21 de septiembre del 2015 había pedido a Petroecuador el segundo pago pactado en el contrato por $60 mil. Este pago fue negado por el administrador del contrato.

Para Villavicencio, se evidencia la persecución política en su contra debido al sinnúmero de irregularidades y violaciones a la ley que se cometieron para configurar esa persecución en este caso.

VIZUETA & ASOCIADOS Y SUS CONTRATOS CON EL GOBIERNO

El representante legal de este estudio jurídico es Héctor Vizueta Rogasner. Su oficina matriz está en Guayaquil. Inició sus actividades el 6 de febrero de 1997 y está registrado en el SRI con el RUC 0991383727001.

Su relación con empresas de gobierno se evidencia en varias ocasiones. En 2007 esta firma de abogados estuvo en el ojo del huracán. La razón: Una indagación previa iniciada por el fiscal de la Unidad Especial de Delitos Financieros, Abraham Cheing, el 12 de marzo de ese año por el supuesto pago de honorarios al estudio jurídico Vizueta & Asociados S.A. por la defensa de Pacifictel en el caso Nedetel.

Una publicación de diario El Universo, del 20 de marzo del 2007, informa que Carlos Reyes Izquierdo, abogado guayaquileño en libre ejercicio, denunció que “Nedetel salió favorecida en un laudo arbitral que condenaba a Pacifictel a pagar “varios millones de dólares ($ 12 millones), que eso está resuelto en última y definitiva instancia, y que por tanto, no se justifica la contratación del estudio y pagarle $ 300 mil”.

El entonces gobernador del Guayas, Camilo Samán, “quien dijo intervenir en el tema por delegación del presidente de la República, explicó que se contrató al estudio para defender a la empresa con un recurso de nulidad del laudo planteado ante la Corte de Justicia”. Añadió que el directorio de la desaparecida Pacifictel aprobó cancelar al bufete el 10% de anticipo ($30 mil) y el 90% restante, por resultados. Y  que hasta ahora no se ha pagado ni un solo centavo”.

El gerente del estudio jurídico, Héctor Vizueta, declaró a la prensa que mandó una pro forma, como se estila, que es el 2,5% del valor del laudo, pero para defender su integridad resolvieron no cobrar ni el 10%, sino el total cuando obtengan resultados positivos y agregó “el Presidente de la República ha puesto sobre los hombros de nuestro estudio esta tarea”. 

La firma Vizueta & Asociados ha estado relacionada con otras demandas y juicios de Petroecuador, como el caso de Akira. Este bufete de abogados firmó el 9 de septiembre del 2013 un contrato con la estatal petrolera para defenderla en el juicio No. 564-2008-2 y recurso de casación No. 209-2013,  iniciados en su contra por la empresa Akira Internacional. El contrato fue por $300 mil con IVA.

Akira demandó a Petroecuador por haberlo incluido en la lista de contratistas incumplidos y haber retenido un valor consignado por la emisión de las cartas de crédito.

La firma Vizueta & Asociados aparece también en reuniones con funcionarios de la Refinería del Pacífico en marzo del 2016 y recientemente fue contratada por el asambleísta de PAIS, Esteban Albornoz para entablar un juicio penal por calumnias a los miembros de la Comisión Anticorrupción.

SUCRE Y EL JUEGO DE LOS REASEGUROS

Esta entrega especial de Periodismo de Investigación y La Historia, recoge la complejidad del teje y maneje de los seguros y reaseguros de la aseguradora estatal, Seguros Sucre. Una historia que relata la estructura legal construida por el correísmo que le permitió a Sucre consolidarse como un monopolio del aseguramiento de los bienes públicos. ¿Cómo se manejó el negocio de los reaseguros y qué grupos empresariales fueron los verdaderos beneficiarios?

El gran negocio internacional de los reaseguros

El 30 de junio de 2019 el bróker internacional de reaseguros BMS de Miami, Florida, confirmaba a Seguros Sucre la renovación automática de contratos de reaseguros por $252,5 millones de dólares. El acuerdo llevaba la firma de Andrew Hye, el zorro de los negocios de reaseguros en la región y el rostro de un grupo económico que se hizo del control de la aseguradora estatal desde el año 2013.

Hasta diciembre de 2018, Hye representaba al bróker de reaseguros Guy Carpenter, en la misma Florida y hasta entonces era la firma que tramitaba todas las notas de cobertura de reaseguros. Antes de eso, Hye estuvo al frente del sistema de reaseguros de AON, como siempre, alineados con Sucre.


La reputación de Hye se había ido al suelo en 2010, cuando autoridades de las Fuerzas Armadas del Ecuador, descubrieron la emisión de pólizas de reaseguros falsas, es decir que no tenían ninguna cobertura real en caso de siniestros. Entonces se acabaron sus negocios con AON, pero migró a Gay Carpenter e hizo fortuna.

La consolidación de Hye en Guy Carpenter sucedió por la intervención de tres actores: Alejandro Maldonado, ex Superintendente de Bancos y gerente de seguros Rocafuerte; Pedro Solines, ex Superintendente de Bancos y Diego Sánchez Silva.

Alejandro Maldonado mantenía una estrecha relación de amistad con Diego Sánchez desde los años 90 y aprovechó esa empatía para beneficiar a su amigo. Le entregó de forma discrecional varios acuerdos de reaseguros del sistema estatal entre ellos el eléctrico. Pedro Solines, a su vez, no movió un solo dedo, es decir, dejó actuar a Maldonado a su voluntad.

Diego Sánchez Silva, es un personaje que aparece en los Panama Papers relacionado con el bróker Global Reinsurance Inc., domiciliado en British Anguilla. Global Re fue investigada por el ex asambleísta Cléver Jiménez, por supuestas anomalías con la póliza de Tame.

Global Reinsurance Inc. ha sido el intermediario internacional de Guy Carpenter, una compañía de origen inglés, pero que también tiene operaciones desde Miami, donde no está obligada a transparentar la información de sus contratos de los reaseguros como sí obliga Londres.

Tanto al bróker como a Guy Carpenter se les ha acusado en Ecuador de cobrar montos extremadamente altos en las primas de reaseguros. El operador de esas prácticas por parte de Carpenter fue Andrew Hye.

Otro personaje importante en esta trama fue el actual asambleísta José Serrano. Cuando ejerció la Secretaría de Transparencia conocía las denuncias contra Hye, sin embargo, permitió que Diego Sánchez, se consolide a través de Guy Carpenter en el país.

Sánchez es un empresario que a fines de los 90 se relacionó en negocios con las Fuerzas Armadas; como representante de la empresa china Norinco, junto a su empresa llamada Cranex, hizo contratos con la H. Junta de Defensa Nacional. Documentos de la época establecen que Cranex no cumplió un contrato reservado con la Fuerza Aérea Ecuatoriana.



La consolidación de Sánchez llegó por doble vía, no solo logró captar las millonarias contrataciones de Seguros Sucre como representante del bróker de reaseguros, también se consolidó como bróker de seguros de instituciones estatales. La Asamblea Nacional fue un ejemplo: su empresa SETEC se convirtió en asesora de esa entidad y como tal hasta le recomendó asegurar el casco aéreo y marítimo, es decir asegurar los aviones y los barcos que la asamblea no posee.

No existen cifras públicas ni acceso a los contratos que permitan determinar el volumen de ganancias que dejó ese negocio. Se trata de un hoyo negro que nadie se atreve a mirar. Nuestro equipo de investigación analizó 1900 contratos de seguros emitidos por Seguros Sucre y Rocafuerte y en ninguno se incluye las notas de cobertura de reaseguros. Es un sistema de opacidad total que recae sobre todos quienes gerenciaron esa empresa.

A finales de 2018, Andrew Hye salió abruptamente de Guy Carpenter y poco tiempo después esa firma abandonaba sorpresivamente todos los contratos de reaseguros del Estado ecuatoriano, provocando un remezón en toda la región. Úrsula Naranjo, que había asumido el control de Sucre quería acabar con la mafía que se enquistó en esa empresa, pero la carta de Hye, de junio de este año, evidenció que Úrsula Naranjo perdió esa batalla.

Hoy está abocada a continuar con el control de Sánchez Silva y Andrew Hye y rendir reverencias a otros ejecutivos del grupo Global como Erika Deleg, actual representante de BMS. En esta entrevista en los Desayunos de 24 Horas de Teleazonas, Diego Sánchez ejerce su derecho a la réplica para responder a la denuncia de la ex asambleísta Ana Galarza que aseguraba millonario perjuicio a Seguros Sucre resultado del monopolio en el aseguramiento de bienes públicos.

Así se inició

Las condiciones políticas y legales diseñadas en el Gobierno de Rafael Correa favorecieron a la estatal Seguros Sucre para encumbrarle hacia el primer lugar en el mercado de seguros del país, lo que la catapultó hacia la cima de otro ranking, el de los mayores proveedores del Estado. Entre 2013 y junio de 2019 la compañía acumula $718,6 millones en contratos, que equivalen al 63% de toda la contratación de seguros.

Bajo una política gubernamental que anuló la posibilidad de competencia entre las aseguradoras por conseguir las pólizas del sector público, se dio a Seguros Sucre una gran ventaja competitiva para adjudicarse volúmenes de negocio que nunca antes había manejado, y mantener un mercado cautivo sin costos de intermediación, ni de participación de utilidades de los empleados.

Y como si eso fuera poco, la sombra de supuestos sobreprecios en sus pólizas y algunas irregulares conductas empresariales, han rondado el ascendente camino de la aseguradora estatal.

¿Cómo Seguros Sucre fraguó su historia de casi una década de dominio en el negocio de seguros?

Hasta el 2006, de un total de 40 compañías de seguros, Sucre tenía una participación de apenas el 1,82% en el mercado y ocupaba el puesto 22 en el ranking por prima neta pagada. Un año más tarde, su situación no varió mucho. Subió apenas un escalón en ese ranking.

Pero fue en 2008 cuando Correa empezó a configurar el ambiente legal propicio “para que la platita quede en el sector público». Con esa frase y bajo el argumento de quitar el negocio de los seguros al sector privado, Correa justificó su decisión de que Seguros Sucre maneje las pólizas de vehículos y de las empresas del Estado y así incremente sustancialmente sus ingresos por primas. En febrero de ese año Correa dio la primera estocada a las aseguradoras privadas al ordenar que cerca de 40 mil vehículos estatales sean asegurados con el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT), a través de Seguros Sucre. Además de que 170 instituciones públicas debían empezar a entregar sus pólizas a la aseguradora estatal por alrededor de $150 millones en primaje.

Esto, pese a que el entonces director de Unidad de Seguros Presidenciales, Óscar Herrera, aceptaba que aún estaban planificando incrementar el patrimonio de Sucre para poder incorporar a todas las instituciones del Estado y así cumplir con la disposición presidencial.

Es decir, primero venía la orden de Correa y luego, la adecuación financiera de la empresa para asumir tales responsabilidades.

Entre los primeros activos estatales que se aseguraron con Sucre sobresalen las aeronaves de la Brigada Aérea del Ejército (BAE), así como las instalaciones de Petroecuador y de empresas telefónicas y eléctricas.

Sin mayor esfuerzo las primas de Seguros Sucre empezaron a aumentar.

No obstante, para Correa esto no era suficiente. Tenía que apuntalar aún más el negocio de Seguros Sucre y en 2009 dio la orden para que las instituciones y empresas públicas contraten pólizas de seguros con las aseguradoras estatales bajo el régimen especial, pese a que este mecanismo debe aplicarse solo para circunstancias de emergencia o excepcionales. El entonces secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, canalizó la orden presidencial. El 24 de marzo de 2009 (con oficio Circular No. T.4258-SGJ-09-943) dispuso que las entidades públicas contraten obligatoriamente de forma directa con Seguros Sucre y Seguros Rocafuerte.

Desde los primeros grandes contratos que Sucre alcanzó, se evidenciaron desventajas económicas para varias de las instituciones públicas que tienen los mayores activos del país.

Celec: Sucre modificó la oferta económica

Uno de los primeros ejemplos de las cuestionadas prácticas de la aseguradora estatal se dio en diciembre de 2009 cuando la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) la descalificó por cambiar el monto de la oferta económica presentada originalmente en el proceso de contratación (régimen especial) de los seguros generales para Termopichincha. Es decir, modificó su propuesta económica de $3,20 millones a $4,23 millones equivalente al 32% de variación. Por ello, la Celec declaró desierta la contratación.
Mientras tanto, al finalizar 2009, Sucre pasaba al tercer escalón del ranking de seguros por prima emitida y por prima pagada, al cuarto puesto en utilidades y al quinto, en patrimonio.

Casi un año más tarde y a propósito de otras discrepancias de dos instituciones públicas con la aseguradora estatal, Mera insistía a los ministros y autoridades, (mediante oficio No. SUBSANA-O-10-5080 de 11 de marzo de 2010) que debían contratar con Seguros Sucre o Seguros Rocafuerte a través de régimen especial.

Petroecuador: Sucre cambió las ofertas

Otra polémica surgió cuando Petroecuador declaró desierto un proceso de contratación bajo régimen especial por el cual necesitaba adjudicar su póliza de todo riesgo petrolero y responsabilidad civil marítima y no marítima, pues contaba con un presupuesto referencial de $32,3 millones y la única prima ofertada fue de Seguros Sucre (el 18 de febrero 2010): $42,82 millones por dos años de cobertura (sin IVA). La Comisión técnica que evaluó el proceso consideró que la oferta de Sucre no tenía relación con la realidad del mercado y la calificó como inconveniente para los intereses de la petrolera estatal.
Pese a ello, el recordatorio de Mera terminó surtiendo efecto. Cuatro meses después Sucre lograba adjudicarse el contrato en consorcio con la también estatal Seguros Rocafuerte y la privada Colonial por $32,98 millones, valor que significaba un inexplicable cambio en la tarifa de una misma póliza. Es decir, Sucre en alianza con otras empresas logró que Petroecuador le adjudique este contrato, por un monto menor en $11,52 millones (35% más bajo) al que ofreció originalmente (el 18 de febrero 2010).
Los sobreprecios de Seguros Sucre en las FF.AA.

En relación a la póliza de casco aéreo y responsabilidad civil de las Fuerzas Armadas (período 2009-2010) y a la propuesta de renovación hecha por la aseguradora estatal (2010-2011), el 23 febrero de 2010 el Ministerio de Defensa (en oficio N° MDN-2010-015) hizo reclamos y pidió explicaciones al entonces gerente de Seguros Sucre, Oscar Herrera, sobre la base de una auditoría interna.

Entre los reclamos constaban un supuesto sobreprecio (en la póliza 2009-2010) de $353.931, el incremento del costo de la póliza de un avión pese a tener mejores condiciones que otra aeronave ya asegurada: por un Boeing 727-100 de Tame, Sucre cobraba una tasa del 3,7% y por un Boeing 727-200 con mejores condiciones técnicas, la aseguradora estatal subió el canon al 7%. Además, en mayo de 2010 Sucre había remitido al Ministerio de Defensa un nuevo documento de colocación de la póliza en el mercado londinense a través del bróker AON Ecuador S.A., pero en la auditoría se determinó que la contratación con AON se dio sin que conste la firma de su real representante (Andrew Hye). Por lo tanto, los trámites hechos con este supuesto bróker no tendrían valor legal.

En cuanto a la propuesta de Sucre para la renovación de esta póliza con período 2010-2011, el Ministerio de Defensa cuestionó que Sucre planteara una penalización injustificada por siniestralidad de $4,5 millones; observó también que en el rubro transporte de municiones se excluyera de la cobertura a la tripulación, lo cual carecía de fundamentos, por lo que tal exclusión fue calificada como violatoria a las condiciones de la póliza.

Estas diferencias entre las autoridades de Defensa y Seguros Sucre alcanzaron su punto más álgido cuando el entonces comandante de la Armada, Aland Molestina, ordenó que las operaciones aéreas se suspendan por 10 horas debido a la falta de claridad en los términos contractuales con Sucre. No obstante, a los pocos días una comunicación del ex ministro de Defensa Javier Ponce determinó que se retomaran las operaciones.

Extrañamente, pese a los cuestionamientos de la propia cartera de Defensa y los indicios de supuestas ilegalidades en las condiciones de colocación del reaseguro por parte de Sucre, el ex ministro Ponce terminó firmando un convenio de pago por servicios prestados de Sucre, en julio del 2010, con el ex gerente de esta aseguradora, Maximiliano Donoso. Y en diciembre de ese año los mismos personeros firmaron la póliza 6000041 para el período 2010-2011, por una prima neta de $17,4 millones.

Las imposiciones de Seguros Sucre y las contradicciones del ex ministro Ponce fueron cuestionadas por la Contraloría: «La posición ambigua, imprecisa, y falta de decisiones y acciones del ministro (Ponce), asesores, coordinadores y demás servidores del Ministerio de Defensa ocasionaron que las FF.AA. hayan tenido que aceptar una cobertura de seguros bajo condiciones y cláusulas impuestas tácitamente por Seguros Sucre y el mercado reasegurador internacional, contrarias a las exigencias y necesidades de las FF.AA.».

El historial de Seguros Sucre en Contraloría

Los sobreprecios en el costo de las pólizas en el caso de las Fuerzas Armadas consta en un examen especial hecho por el organismo de control a la extensión de la vigencia del reaseguro hasta el 5 de enero de 2011, de la póliza de casco aéreo y responsabilidad civil con Seguros Sucre y al convenio de pago correspondiente. En su informe (DA3- 0044-2011) se detallan irregularidades como «un pago en exceso no justificado» de $7,96 millones a Seguros Sucre para la contratación del reaseguro. Para la Contraloría «no hay sustento que fundamente el egreso de estos recursos».

A las observaciones de Contraloría se sumaban las de la Junta Bancaria que en ese tiempo controlaba a las aseguradoras. Impuso una sanción a Sucre por su accionar relacionado con reaseguros. El 29 de septiembre del 2010, la Intendencia del Sistema de Seguro Privado multó con $2.103,12 tanto a Maximiliano Donoso, entonces gerente de Seguros Sucre, como al representante de la aseguradora Colonial (mediante oficios INSP-2010-4219 y 4218), al determinar que en la póliza de todo riesgo petrolero emitida a favor de Petroamazonas, el consorcio integrado por ambas compañías, colocó reaseguros por medio de Aon Group Ecuador intermediario de reaseguros S.A, con Oman Insurance Company y Misr Insurance Company, entidades que no estaban inscritas en la Superintendencia de Bancos como reaseguradores extranjeros y por tanto no estaban autorizadas para trabajar en el país.
Las dos aseguradoras violaron la Ley de Seguros (especialmente Art. 12) y fueron advertidas por la Intendencia del ramo que “de repetirse esta situación se les revocará el certificado de autorización del ramo involucrado (…)”.

Seguros Sucre siguió con su escalada de crecimiento en el mercado. Por prima neta emitida,  figuró entre las cinco empresas de mayor presencia en la actividad a diciembre 2011. La entonces QBE Colonial lideraba con el 11,54%, ACE tenía el 9,74%, Equinoccial 8,23%, Sucre 7,89%, y AIG Metropolitana 4,46%.
Más adelante, la Contraloría emitía otro informe sobre Seguros Sucre, el #DADeIS-0001-2013, que no es público y que fue remitido a la Fiscalía por el delito de peculado y hasta el año anterior estaba en indagación previa.

Mientras tanto, en medio de una accidentada relación con Seguros Sucre y tras el resultado de auditorías realizadas a la póliza de casco aéreo, el 1 de agosto de 2013 el Departamento de Transportes del Ministerio de Defensa presentó un estudio de mercado donde se comparaban las cotizaciones para la mencionada póliza. Su conclusión: “No se puede considerar como presupuesto referencial las tasas cotizadas por Seguros del Estado, ya que superan considerablemente la prima anual que la Armada ha venido pagando”.

Según el estudio, hasta antes del 2009 la Armada Nacional pagaba menos por sus pólizas contratadas mediante concursos.

Fuentes de la cartera de Defensa dijeron a PI y La Historia, que las contínuas observaciones que la Armada realizaba a los costos de Seguros Sucre determinaron que los técnicos de esta rama de las FF.AA. fueran relegados de las comisiones que analizaban los procesos contractuales. El Ministerio de Defensa se encargó directamente del tema y siguió contratando con Sucre.

Tampoco la calidad del servicio de Sucre ha estado exenta de cuestionamientos. La Contraloría en más de una ocasión observó la demora en la solución de los siniestros.

En el examen especial DAAC-0119-2016 a los procesos precontractual, contractual, ejecución, liquidación y vigencia de los contratos de seguros y reaseguros aéreos de las Fuerzas Aérea, Terrestre y Naval (período 1 de enero de 2013 a 30 de noviembre de 2015) estableció que 39 siniestros (correspondientes a 4 pólizas), ocurridos desde el 2013 y 2015, no habían sido cerrados (hasta septiembre de 2016) por parte de los reaseguradores internacionales ni de Seguros Sucre, representando un valor de $13´178 217, 23 pendientes de liquidar al Ministerio de Defensa.

Adicionalmente no hubo seguimiento a estos pendientes por parte de varias instancias del Ministerio de Defensa. Ello impidió que las FF.AA. cuenten con los recursos necesarios para el cumplimiento de sus objetivos institucionales.

En este informe también se señala que la aeronave TWIN OTTER FAE-448, siniestrada el 11 de octubre de 2013 fue reparada 137 días después de lo estipulado, debido a que funcionarios de varios estamentos del Ministerio de Defensa no realizaron las gestiones necesarias para cumplir las condiciones de la póliza y la entrega oportuna de la aeronave reparada.

Así se allanó el camino del monopolio de Seguros Sucre

Pese a estos cuestionamientos a la eficiencia de Sucre, su peso en el mercado la catapultó hacia la cima de los mayores proveedores del Estado. Sucre experimentó un primer gran salto en la captación de las pólizas del sector público entre 2012 y 2013, cuando pasó de $407 mil a $33,53 millones, un 8.138% de incremento.

Pero la obligación de contratar a Sucre bajo el régimen especial no fue el único factor que continuó allanando el camino para que la aseguradora estatal reafirme su posición. De acuerdo con expertos del sector, el tercer movimiento en el tablero fue la disposición (septiembre de 2015) de que la Superintendencia de Compañías asuma el control de todo el régimen de seguros privados en Ecuador, sin que su personal cuente con la formación y la experiencia técnica. “Este traspaso de la Superintendencia de Bancos a la de Compañías se hizo para debilitar la supervisión del sector de seguros”, enfatizaron los expertos.

Las limitaciones en el esquema de supervisión lo admite la propia Superintendencia en su último estudio sectorial “Panorama del mercado de seguros en Ecuador: 2015—2018”. Señala que en la primera etapa en que los clientes acuden a una compañía aseguradora directamente o a través de un intermediario, la Superintendencia tiene un control alto, “sin embargo, en la etapa 2, en donde intervienen las reaseguradoras y los intermediarios de reaseguros el control se convierte en un control medio. Finalmente, las reaseguradoras, compañías de seguros y clientes… pueden acudir a aseguradoras y reaseguradoras en el exterior, que se encuentran en una etapa de control limitado”.

En este contexto, Seguros Sucre se mantuvo en ascenso. En 2016, ocupó el quinto lugar de los mayores proveedores con adjudicaciones que sumaron $128 millones. En 2017, fue la número uno, con $164.6 millones en pólizas de seguros.

Al no tener competencia de otros proveedores, Seguros Sucre no solo accedía a los mejores contratos del sector público, sino que seguía imponiendo precios y otras condiciones.

En 2017 una de las más altas pólizas adjudicadas a Sucre fue para asegurar las unidades Electroguayas, Termogas Machala, Termopichincha, Termoesmeraldas y Gensur. La Corporación Eléctrica del Ecuador (de CELEC EP) pagó $18.6 millones por este seguro, $2.4 millones más en relación a lo que pagó en 2016 por la misma póliza.


Tame EP adjudicó a Sucre el seguro de aviación, en 2014, y pagó $8.6 millones por ese contrato. Dos años después el valor de la misma póliza fue $6.4 millones. Sucre la volvió a subir en 2017 a $10.6 millones y para 2018, por seguro de aviación, seguros generales, vida y asistencia médica, la bajó a $7.9 millones.
En 2017, el Ministerio del Interior también adjudicó el seguro de aviación a Sucre por $7,1 millones, mientras por la misma póliza en 2015 pagó a Sucre $6.4 millones. En 2013, gastó $4.3 millones. (ver gráfico con detalle de los principales contratos)

De acuerdo con información proporcionada por el Servicio Nacional de Compras Públicas (SERCOP) a PI , al momento Sucre lidera el ranking de los 10 mayores proveedores con los más altos valores adjudicados en contratación de seguros, durante el período 2013 – jun 2019.

En seis años y medio todos los contratos de seguros sumaron $1.141,6 millones. Sucre ha logrado adjudicarse centenares de pólizas por $718,6 millones, que equivale al 63% del total contratado. Le sigue Seguros Rocafuerte con $154,9 millones que significan el 14% del total. Desde septiembre de 2017 Sucre asumió todos los activos, pasivos y hasta procesos legales de Rocafuerte mediante un proceso de fusión por absorción por el cual Rocafuerte salió del mapa, quedando Sucre como la única aseguradora estatal en el mercado y asumiendo los compromisos contractuales de Rocafuerte.

Entre las dos empresas sumaron $873,5 millones en contratos en los últimos seis años y medio, que equivalen al 77% del pastel del negocio de seguros.

Instituciones públicas que más contrataron con Seguros Sucre

PI y La Historia revisaron además 1900 contratos firmados por Sucre entre 2012 y 2018, con 662 instituciones públicas y estableció que esas contrataciones, adjudicadas bajo la modalidad de régimen especial, sumaron $517 millones.

Las 10 instituciones que más contrataron con Seguros Sucre en ese período de 7 años fueron:

PI solicitó al SERCOP información sobre los contratos adjudicados a Seguros Sucre en el sector público. El SERCOP entregó un ranking de las 10 entidades con mayor valor adjudicado en contratación de seguros en general, entre 2013 y junio de 2019. Es decir, sin el detalle de cuántos de esos montos contractuales corresponden solo al sector público.

En este ranking del SERCOP también el Ministerio de Defensa se mantiene a la cabeza, con un gasto en seguros, por $163,1 millones. CELEC EP en segundo lugar con $123,6 millones. Petroecuador y el Ministerio del Interior con $70,1 y $65 millones respectivamente.

En 2018 caen utilidades y aumenta la morosidad de Sucre

Pese a las ventajas competitivas que le significó tener el monopolio del mercado de seguros desde 2009 y así convertirse en la mayor contratista del Estado, Seguros Sucre vio caer su rentabilidad en el 97% durante 2018, desplome que se explica por una pérdida en su portafolio de inversiones, la reducción de primas emitidas y un mayor nivel de provisiones y castigos, de acuerdo con el análisis realizado a su desempeño financiero por parte de la calificadora de riesgos Pacific Credit Rating PCR.

A este panorama se sumó una pérdida de importantes clientes y el aumento de 38 puntos en la morosidad que colocó a la aseguradora estatal muy por encima del promedio del sistema de seguros.
Las utilidades de Seguros Sucre en 2017 alcanzaron su pico más alto con $17,9 millones, pero el año pasado registró una reducción del 96,60% al ubicarse en $609 mil. Todo el sector asegurador vio decaer sus utilidades en 27,77%, influenciado por Seguros Sucre, que es la que más aportaba a la rentabilidad del sistema.

Uno de los factores que impactaron en el bajo nivel de utilidades de Sucre, según ejecutivos de PCR, firma que hizo la última calificación de riesgos de Seguros Sucre (AA, a diciembre de 2018), fue la pérdida de $6,3 millones en el rubro de inversiones frente a utilidades registradas en este portafolio de $3,89 millones a diciembre de 2017. La Casa de Valores del Pacífico Valpacífico que administra este portafolio de Seguros Sucre, invirtió $8,3 millones en un fondo de inversión alojado en las Islas Caimán (paraíso fiscal); devolvió $2 millones, pero ahora desconoce a Seguros Sucre como la dueña de $6,3 millones (en bonos global 2024). Sucre interpuso una demanda penal en contra de Valpacífico por supuesto “abuso de confianza”.  La Fiscalía investiga el caso.

Este tema, más el proceso legal que asumió Sucre tras su fusión con Seguros Rocafuerte y que implicaba una demanda por $34,64 millones por parte de Petroecuador, son parte del riesgo legal con el que ha tenido que lidiar Seguros Sucre.

Otro elemento que incidió en la baja de utilidades fue el aumento del rubro de provisiones (reservas) y castigos de $5,55 millones a $13,95 millones.

La morosidad total también tuvo una gran escalada. Pasó de 25,86% (dic17) a 64,75% (dic18), ubicándose por encima del sistema de seguros (37,29% dic18). Este incremento obedeció principalmente a una reducción de los deudores por primas, lo que se explica en la no renovación anual de algunas cuentas.
Ejecutivos de PCR, explican que la decisión del presidente Lenin Moreno (mediante decreto 395) del 15 de mayo de 2018 respecto a que las instituciones públicas eviten el uso de procedimientos de contratación directa y de régimen especial “con el fin de promover la concurrencia de más participantes, la transparencia en la contratación pública y optimizar el gasto público” determinó que Seguros Sucre pierda varios clientes del sector público, su principal nicho de mercado, pues constituye el 90% de su cartera total de clientes.

Como efecto de esto, en 2018 la presencia de Seguros Sucre en el mercado se ve algo golpeada, pues se adjudicó $89.6 millones en contratos, 45,56% menos que en 2017. En el ranking del Sercop, de los 10 mayores proveedores del Estado durante el primer semestre del año ya no aparece Seguros Sucre. En este top solo aparece Hispana de Seguros en el sexto puesto con $34,5 millones en contratos.
Los técnicos de PCR admitieron además que “debido a que Sucre tuvo por casi una década un mercado cautivo en el sector público sus precios estaban más altos que los de la competencia”.

A criterio de los ejecutivos de PCR, otro factor que afectó a Sucre fueron las limitaciones fiscales del Estado. “Antes los presupuestos se podían manejar anualmente, ahora muchas de las entidades no están renovando sus contratos de todo un año, se están manejando por etapas, aprobando seguros por trimestre o semestre”.

Esto generó que la producción de primas emitidas por Seguros Sucre caiga en 30% en 2018.
Ante este panorama, Seguros Sucre ha tenido que ajustar su tarifario, con descuentos respecto a los precios que ha venido cobrando en los últimos años. Expertos en el tema y los técnicos de la calificadora PCR explicaron que al ser la Superintendencia de Compañías el organismo que aprueba dichas tarifas o notas técnicas es el que debió analizar si las aplicadas por Sucre estaban técnicamente bien concebidas, respaldadas en un sustento actuarial y acorde al mercado.

Pero a diferencia de lo que sucede con las tarifas de las empresas del mercado de valores, por ejemplo, que sí se publican en el portal de la Superintendencia de Compañías, el tarifario o notas técnicas de las aseguradoras no aparecen en el portal de este organismo de control.

Hace más de 15 días, Mil Hojas solicitó (como parte de un cuestionario) al mencionado organismo de control información sobre el ajuste tarifario (en porcentaje y en dólares) realizado por la aseguradora estatal para enfrentar el nuevo escenario de mayor competencia, así como el sustento legal para que esta información no sea pública. Los directivos de Comunicación de ese organismo de control ofrecieron respuestas hasta el pasado 15 de agosto, lo cual no se cumplió. (ver cuestionario enviado a la Superintendencia de Compañías).

¿Sucre ha movido sus tarifas a discreción?

La estrategia de Seguros Sucre para mantener a estos clientes ha sido una moneda de dos caras: en varios casos ha acudido a variaciones a la baja en sus tarifas, pero también ha habido procesos en los que, a criterio del Comité empresarial ecuatoriano, se han diseñado requisitos que solo puede cumplir Seguros Sucre, cerrando el paso a las aseguradoras privadas, pese a tener tarifas más competitivas.
En el primer ámbito hay un caso emblemático. Durante cinco períodos anteriores, Sucre fue la adjudicataria de la póliza para el casco aéreo y responsabilidad civil del Ministerio de Defensa. Para el período 2017-2018 había cobrado por ese contrato $21,4 millones. Para el nuevo proceso con vigencia 2019-2020 se dio un proceso que se declaró desierto porque las ofertas no cumplieron los requisitos contractuales. En un segundo intento se presentaron tres ofertas: La Unión con $15,7 millones, Interoceánica con $17 millones y Sucre con $19,2 millones, $2,2 millones menos que la póliza vigente en sus manos.

Uno de los trámites que se hicieron en el proceso precontractual fue un estudio de mercado presentado por la Dirección de Seguros de Bienes Estratégicos el 20 de marzo de 2019 para definir el presupuesto referencial de esta contratación, el cual se fijó en $19’278.741,33.

Mientras estaba en la fase de calificación de ofertas de este segundo intento, el Ministerio de Defensa declaró desierto el proceso (23 de mayo pasado) para reestructurarlo, según dijeron en un comunicado de prensa. En la resolución tomada por el ministro del ramo, Oswaldo Jarrín, se señala que se inhabilitaron las ofertas de La Unión e Interoceánica por no cumplir con los requisitos exigidos por la cartera de Defensa: La Unión no determinó con exactitud el porcentaje de riesgo que iba a retener, mientras Interoceánica no cumplió con el porcentaje mínimo de retención.

Voceros de La Unión y del Comité empresarial aseguraron que estos requisitos solo los podía cumplir Sucre y que por eso el concurso estaba direccionado.

En junio pasado se abrió un nuevo proceso. La Unión ofertó $16,91 millones y Sucre $15,28 millones, cifra inferior en $3,9 millones a la oferta hecha en el segundo proceso contractual para esta póliza.  El 2 de julio Sucre fue adjudicada con el seguro de casco aéreo y responsabilidad civil por sexta ocasión.
Fuentes del Ministerio de Defensa que pidieron la reserva afirmaron que se escogió a Seguros Sucre no solo porque su oferta económica fue la más baja sino también porque La Unión presentó un reasegurador brasilero que asumía el 35% de todo el riesgo del casco de Fuerzas Armadas. “Ni siquiera Loyds que es el más grande reaseguro ha asumido tanto”.  Además, el reasegurador que la Unión estaba presentando estaba involucrado en el escándalo de corrupción de Odebrecht. Según las denuncias, esa reaseguradora utilizaba a Odebrecht para lavar el dinero.

En febrero pasado, Petroamazonas inició el proceso de contratación de seguros de ramos técnicos que incluye las pólizas: todo riesgo petrolero y responsabilidad civil general y marítima. El monto en bienes a ser asegurados fue de $3.850 millones.

Se presentaron 3 ofertas: la del consorcio integrado por Aseguradora del Sur-Hispana y Latina con una propuesta económica de $11 millones; Seguros Alianza con $11,17 millones y Seguros Sucre con $11,48 millones.

La primera obtuvo el puntaje más alto: 98,31/100; la segunda fue calificada con 96,89/100 y Sucre con 88,14/100. La gerencia de Sucre pidió al SERCOP aclaraciones al procedimiento, pero esta entidad archivó el reclamo este 17 de abril, dando paso a la adjudicación al primer consorcio mencionado, por $11 millones, sin incluir impuestos.

El contrato se firmó el 18 de abril de este año y las pólizas tendrán vigencia hasta el 17 de abril de 2021.
Justamente Seguros Sucre estaba a cargo de la cobertura de estas pólizas por el periodo entre el 24 de noviembre de 2016 y el 14 de noviembre de 2018. Lo que cobró por ello fue $15’442,497.10 sin impuestos. Es decir un precio $4,44 millones más caro que el adjudicado para el actual período e incluso $3,96 millones más alto que su propia oferta hecha en este último concurso.

¿Abuso o perjuicios del régimen especial?

La opción que tienen desde 2018 las instituciones del Gobierno central y las empresas públicas de contratar pólizas de seguros mediante concursos ha puesto al descubierto los excesos que le permitió a Seguros Sucre la contratación a dedo, pues por casi una década impuso los precios a cobrar en centenares de pólizas del sector público.

Los efectos de este cambio en la política contractual del Gobierno no implican solo los importantes ahorros que los concursos están generando al fisco, sino también evidencian eventuales perjuicios al Estado.

En decenas de contratos suscritos, desde este año, por la aseguradora estatal con instituciones y empresas públicas Mil Hojas identificó cómo Seguros Sucre ha empezado a bajar sus tarifas, llegando hasta un 30% de reducción en comparación con sus propios contratos obtenidos bajo régimen especial.
Un estudio realizado entre el Servicio Nacional de Contratación (Sercop) y el Banco Mundial (BM) en septiembre de 2018 reveló que a nivel general se abusó de la contratación bajo la figura de régimen especial o contratación directa al punto que se descubrió que los precios obtenidos mediante este mecanismo fueron, en promedio, dos veces más caros. De la comparación entre precios contratados con régimen especial y régimen común, se concluyó que si entraban a competencia, habría significado un ahorro de $1.400 millones.

El mercado de seguros no estuvo exento de esta distorsión a la que se llegó con la contratación directa con Seguros Sucre. De hecho la Asociación de Compañías de Seguros del Ecuador (Acose) hizo una estimación de que al abrirse las licitaciones en las instituciones públicas, lo cual implica competencia en precio y calidad del servicio, el Estado podría ahorrarse al menos $40 millones anuales en la contratación de sus pólizas.

El gerente de este gremio Patricio Salas explicó que la estimación se basó en un análisis de costos del mercado nacional de seguros e internacional de reaseguros que en los últimos años ha tenido condiciones más favorables en precios; así como en el volumen de negocios que tenía Seguros Sucre hasta 2018 y que sumaba aproximadamente $200 millones.

Roberto Aspiazu, director ejecutivo del Comité Empresarial Ecuatoriano, considera que durante el Gobierno anterior hubo mucha opacidad en la forma en que las entidades gubernamentales asignaban los contratos a Seguros Sucre, pues si bien lo permitía la legislación vigente, no se asignaban los contratos con precios competitivos “y en ese orden no cabe duda que se perdió dinero, pues si hubiera habido libre competencia los valores hubieran sido sustancialmente menores”.

Sobre la base de la estimación global de ahorro realizada por el SERCOP y el Banco Mundial, Mil Hojas pidió al SERCOP un detalle de cuánto de esos $1.400 millones corresponden a un eventual ahorro que se hubiera logrado en las contrataciones que realizaron las instituciones del gobierno central y las empresas públicas con Seguros Sucre entre 2008 y 2018.

La respuesta de Sercop fue: “Los 1400 millones de costo de oportunidad responden a un análisis econométrico de enfoque global del período 2013-2016 cuyo objetivo respondió, entre otros, a generar estrategias globales de concurrencia en la compra pública. Por este motivo, el modelo no contempló ni permite realizar desagregación sectorial.”

Expertos consultados comentaron que, si entidades como el Sercop no tienen capacidad de generar data desagregada y análisis sectoriales, cómo puede coadyuvar a construir una acertada política pública en este tema. De hecho, si el presidente Moreno ordenó priorizar el concurso público como un mecanismo con el que aspira un ahorro de casi $400 millones, y siendo el sector de seguros un ramo que ha movido centenares de millones de dólares en la economía, debe existir información más detallada de lo que significó el régimen especial en esta actividad económica que estuvo liderada por Seguros Sucre.
En esta nota hemos presentado varios ejemplos de las estrategias tarifarias y de otro tipo usadas por Sucre en los últimos años.

Siniestros

Solo $ 9,6 millones pagó Seguros Sucre hasta julio del 2019 por los siniestros reportados especialmente de los rubros agrícola ($2,1 millones) seguro de vida en grupo ($3,1 millones) y vehículos ($1,1 millones). Y acumula un alto número de casos pendientes de resolución que superan –hasta la misma fecha- un total de $ 201,7 millones.

Solo los ramos de Todo riesgo petrolero, Aviación, Incendio y Líneas aliadas, Multiriesgo, Rotura de maquinaria, Responsabilidad civil y Agropecuario, sobrepasan los $162 millones que por razones no especificadas aún no se cancelan, según los reportes de cumplimiento de siniestros publicados por Seguros Sucre.

A julio de este año, los siniestros de riesgo petrolero sumaron 23 casos por $40,3 millones, cuando en el 2015, que es el primer reporte que realiza la compañía y están publicados en su página web, la cifra fue de 32 casos por $23,6 millones.

El rubro más alto en el 2019 es de la rama de Multiriesgo con 912 casos y $43,1 millones, mientras que en el 2015 fueron de 389 casos por $3,3 millones.

En el ramo agropecuario en el 2015 se presentaron 138 casos por $ 113.882, pero estaban pendientes de resolución 814 por $406,5 millones. A julio del 2019, los casos repuntaron a 5.474 por $ 2,8 millones.
En un análisis de la calificadora Class International Rating, Seguros Sucre presentó a junio del 2018 un total de 37.574 siniestros por $83,8 millones de dólares y en todo el año 2017 sumaron 53.332 siniestros por $126,8 millones.

Class International, aclaró que la cifra del 2017 corresponde solo a los siniestros aperturados, pero desconocen los casos que se mantienen en reserva de años anteriores.

En el caso de los siniestros pagados, al cierre de diciembre del 2018, la Corporación Financiera Nacional (CFN) detalló una cifra de pago de $146,5 millones, lo cual es inferior en 4,87% a lo pagado en el 2017. “Esto se debe a que en el período anterior se cubrieron los siniestros presentados en las pólizas de vehículos de la Policía Nacional, el cual fue absorbido como parte de la fusión con Rocafuerte Seguros”, detalló la entidad en su memoria del 2018.

El libre negocio de los reaseguros

“Seguros Sucre se ve en la necesidad de colocar facultativamente riesgos como centrales hidroeléctricas, Autoridades Portuarias, entre otros, debido a que así lo exigen en sus bases los mismos asegurados o porque sus contratos automáticos excluyen estos giros de negocio. Estas cuentas por lo general son colocadas facultativamente en 99% o 99,99% que se convierte en un 100% a colocar. Ninguna compañía de seguros puede hacer fronting, es por ello que las cuentas de Seguros Sucre se ceden hasta el 99,99%”.
Esta descripción de cómo se cede este tipo de riesgos al reaseguro internacional se encuentra en la calificación de riesgo hecha a Seguros Sucre por parte de Class International Rating a junio de 2018.
Por lo tanto, el argumento correísta de que los recursos se quedan en el mismo Estado si las instituciones públicas contratan con empresas del Estado fue solo un discurso en el caso de las pólizas de Seguros Sucre, que llegó a ceder hasta el 99,99% del riesgo (especialmente en los casos en que aseguraba enormes infraestructuras) a los reaseguradores extranjeros.

Gran parte del monto contratado por las instituciones y empresas públicas con Sucre no se queda para ser invertido en el Ecuador. Por lo tanto, los eventuales perjuicios al Estado habrían beneficiado a varios reaseguradores extranjeros, indicaron expertos en seguros y funcionarios de gobierno que han participado en algunos de los procesos contractuales ganados por las aseguradoras estatales.

Tal como funciona el sistema de contratación de seguros en el país, la aseguradora nacional actúa solo como una intermediaria. Además, existe mucha opacidad en relación a los contratos que Seguros Sucre ha suscrito con las reaseguradoras extranjeras. En teoría esos contratos deben registrarse en la Superintendencia de Compañías, pero si no se transparentan las tarifas que cobran las aseguradoras nacionales, mucho peor los costos que las reaseguradoras extranjeras cobran, así como sus márgenes de ganancia. No hay ningún nivel de control respecto al porcentaje de utilidad que estos obtienen. Tampoco se sabe cuánto se paga de comisión a los brokers de reaseguros. Todo esto se deja a libre discreción de estas grandes empresas. Por ejemplo, en la póliza de casco marítimo del Ministerio de Defensa, se asegura tanto el casco como la responsabilidad civil (ante terceros), dos coberturas grandes, pero el contratante solo conoce que cada uno de los reaseguradores cubren determinados porcentajes de riesgo por cada ítem asegurado, pero desconoce cuánto cobra cada reaseguro y si está cubierto al 100%.
El modus operandi de Seguros Sucre con sus bróckers y sus reaseguros también ha estado en la mira. En septiembre de 2018 asambleístas del movimiento CREO pidieron a la Fiscalía que reabra la investigación en la contratación de seguros y reaseguros de Sucre con CELEC.

Se denunció “una asociación ilícita interinstitucional para perjudicar al país en unos $38 millones”, donde CELEC contrata a Seguros Sucre y este a su vez a una intermediaria o bróker Security Re, cuyos propietarios son Esteban y Pedro Merlo Hidalgo. Este último casado con una sobrina de Diego Guzmán, quien renunció a la gerencia de Seguros Sucre pocos días antes y estuvo involucrado en el caso 30S.
Seguros Sucre, por su parte denunció a Security Re por falsificar los documentos con relación a las notas de cobertura para los reaseguros lo cual, aseguró en ese entonces que le impedía pagar $34 millones a CELEC que gastó para reparar los daños que sufrió en 2011 la presa de Pucará, como producto de un sismo en Tungurahua.

La Superintendencia de Compañías evalúa a los reaseguradores sobre la base de su capacidad de pagar siniestros, verificando su calificación de riesgos internacional con firmas como Stándar & Poors, Moodys.

Desde septiembre estaba prevista una auditoría financiera y operativa a Seguros Sucre

El pasado primero de agosto Mil Hojas envió un cuestionario a Jorge Lince, Intendente Nacional de Seguros de la Superintendencia de Compañías.  Entre las principales respuestas, enviadas el 21 de agosto, consta el anuncio de que la mencionada Intendencia ha planificado para el último cuatrimestre del año una auditoría a la situación financiera y operativa de Seguros Sucre. Tal declaración surgió en el contexto de las acciones del organismo de control frente a una presunta mala administración de la Casa de Valores Valpacífico a $8,3 millones en bonos que Seguros Sucre le entregó para su administración. La Intendencia de Seguros dijo que pide constantes informes de las acciones legales que sigue Sucre por este tema tanto dentro como fuera del país.

En cuanto al interrogante de qué normativa impide que sean públicos los contratos que las aseguradoras firman con los reaseguros, la Intendencia del ramo contestó que por el principio de dispersión del riesgo (característico del reaseguro), en estos contratos se plasman condiciones propias de cada negociación y que además está la cláusula de confidencialidad por las que no se puede “divulgar el contenido de las negociaciones u operaciones alcanzadas, ni durante su vigencia ni pasada ésta, de las informaciones que se hayan proporcionado entre sí, excepto cuando una autoridad lo requiera”.

Al consultar qué garantías tiene el Estado de que sus bienes asegurados serán respaldados por los reaseguros internacionales, pues solo deben estar registrados en la Superintendencia de Compañías, pero no se los controla, en resumen la Intendencia de Seguros respondió que la Superintendencia…”no tiene competencia para supervisar a compañías establecidas en otros países, estas empresas se sujetan a la tutela jurídica de las entidades supervisoras de los países donde estén domiciliadas”. Agregó “la compañía de seguros es el principal actor que debe velar porque las pólizas de seguros que emite estén debidamente respaldadas. Para que, de presentarse un siniestro, tengan el dinero para responder. Y en esos casos reciban el porcentaje convenido por parte del reasegurador”.

Sobre la disposición presidencial de evitar la contratación directa porque ha generado pérdidas de más de $1.400 millones, se consultó cómo ha aportado la Intendencia para cumplir esta restricción en el caso de Seguros Sucre. Su respuesta fue que la contratación pública no es su ámbito de control, que son las empresas públicas las que deben sujetarse a la Ley  y la Contraloría del Estado la debe velar porque así sea.

Respecto a la pregunta de cuánto ha sido (en porcentajes y dólares) el ajuste tarifario realizados por Seguros Sucre para enfrentar el nuevo escenario de mayor competencia, la autoridad dijo que el tema es “parte de las políticas y directrices internas de las aseguradoras, por tanto, no es competencia del órgano de control participar sobre dichos temas”.

En el Ecuador, para la contratación de seguros opera la ley de la oferta y la demanda y las condiciones de las pólizas y las tarifas serán el resultado del régimen de libre competencia del mercado de seguros. Así respondió la Intendencia en relación al interrogante de cómo se justifica que hay casos de ofertas más bajas de Seguros Sucre en pólizas en las que redujo sus propias tarifas de años anteriores.

Al consultar cuál es la norma que señala que las tarifas de seguros no son información pública, la autoridad volvió a mencionar a la libre competencia y dijo además que “el tarifario aprobado por el órgano de control puede ser modificado por la aseguradora en los planes de seguros propuestos, en atención a los riesgos asumidos, a la oferta propuesta, a la siniestralidad, entre otros factores”.
Sobre la base legal para los seguros extendidos, indicó que la normativa no especifica un periodo mínimo para la vigencia de los contratos de seguro, lo que si requiere, en el caso de las modificaciones, renovaciones o ampliación de vigencia es que se especifique el término de la misma.

La calificación de riesgo hecha a junio de 2018 conmina a Seguros Sucre a poner mayor énfasis en su gestión de cobranza para evitar un posible riesgo de incobrabilidad. En relación a esto la autoridad indicó que generalmente las empresas proveedoras del estado se ven afectadas por la demora en el pago, pero el tamaño de Sucre le permite al pago oportuno de sus siniestros. Pese a ello, la Intendencia admitió que la Junta de Regulación Financiera aprobó una reforma a la normativa de provisiones sobre cartera vencida. “Con esta norma se sincera la valoración de la cartera, se otorga una calificación a los deudores y el porcentaje de provisiones aumenta, a fin de promover que las compañías de seguros gestionen de forma adecuada la cartera, su antigüedad y su recuperación”.

Aspiramos que este especial, que ponemos a consideración de nuestros lectores, enrumbe el camino para descubrir qué pasó en el sistema de seguros estatales. Expertos en esta rama consideran que la ruta del dinero de la corrupción en el tema de seguros, pudo haber sido de 80 millones por año, una cifra que proyectada al período correísta bordea los 900 millones de dólares.

Un impuesto verde contaminante

En diciembre de 2018, el gobierno ejecutó el incremento del precio de las gasolinas Eco, Extra y Súper. Las autoridades anunciaron que la medida fue adoptada por la situación económica del país y prometió mejorar la calidad de la gasolina Súper de 90 a 92 octanos.

El cuestionamiento de la opinión pública a la calidad de los combustibles ha sido constante porque de sus características depende el grado de contaminación ambiental y por ende del aire que se respira.
Para enfrentar este grave problema Petroecuador implementó desde 2011 el Plan de Mejoramiento de la Calidad de los Combustibles, para incrementar el número de octanos en la gasolina y reducir el contenido de azufre en los combustibles.

Este plan era parte de los proyectos de rehabilitación de la refinería de Esmeraldas y de construcción de la refinería del Pacífico, orientados a alcanzar la soberanía energética.

El Plan de Mejoramiento fue financiado con los impuestos verdes, el tributo ambiental que se paga por contaminación vehicular. Entre 2012 y 2018, el Servicio de Rentas Internas (SRI) recaudó USD 843 millones por impuestos ambientales.

Pero ese tributo en nada mejoró la calidad de los combustibles y al revisar los reportes de calidad de los derivados, que se almacenan en el terminal de Pascuales, en Guayaquil, queda la sensación irremplazable de que el gobierno le mintió al país.

Los principales objetivos del cambio de la matriz productiva y la soberanía energética, eran producir combustibles para el mercado interno bajo norma Euro 5, con un nivel máximo de 10 partes por millón de azufre (ppm).

Luego de inversiones cercanas a los $ 3800 millones de dólares en las dos refinerías, el resultado es un terraplén en el Aromo-Manabí y una repotenciada refinería de Esmeraldas que sigue generando 40% de resíduo y gasolinas con un promedio de 1400 partes por millón de azufre (ppm) y altos contenidos de benceno.

Para comercializar las gasolinas nacionales, Petroecuador importa altos volúmenes de naftas de alto octanaje y bajo nivel de azufre y aromáticos, las cuales son mezcladas con los derivados generados en Esmeraldas, obteniendo un producto de 650 ppm de azufre. Para legalizar su comercialización en el mercado interno, el Estado autorizó a través de norma INEN la venta de esa gasolina con 650 ppm de azufre.

Informe de resultados de análisis de contaminación en la Refinería de Esmeraldas, No.1.


Informe de resultados de análisis de contaminación en la Refinería Esmeraldas, No.2.

En 2010, Petroecuador contrató con la universidad de Huelva-España, un estudio de calidad de los combustibles e impactos en la salud de los trabajadores de las refinerías. El documento mantenido en reserva, es un grito de alerta sobre alarmantes signos de exposición a químicos letales en los trabajadores y habitantes de las áreas de influencia.

“En esta refinería se reportan 31 casos, de los cuales 12 con diagnóstico de leucemia o leucopenias, 5 con diabetes e hipertensión arterial, 3 con cáncer de próstata y seminoma, 2 con insuficiencia renal y 11 más con distintas patologías graves, algunas de naturaleza carcinogénica. Estas patologías preocupan especialmente, considerando que los diagnósticos de leucemia son compatibles con la exposición crónica al Benceno”, señala el informe.

Los informes revelan que, entre 2011 y 2013, el terminal recibió combustibles con alto contenido de productos aromáticos (benceno, tolueno y xileno) y que gasolinas, diésel y otros derivados estaban fuera de especificación.

Es decir, Petroecuador compró y produjo combustibles con índices de calidad muy por debajo a lo permitido. Por ejemplo, en mayo de 2012, recibió nafta, proveniente de la Refinería Esmeraldas, con un 42% de aromáticos, cuando la norma INEN permite un máximo de 35%. También recibió gasolina Súper importada con 39,2% de aromáticos.

Este medio, tuvo acceso a 12 reportes de calidad sobre los cargamentos con combustibles fuera de especificaciones, recibidos en el terminal Pascuales.

Los aromáticos son compuestos químicos que elevan el octanaje de un combustible.  El octanaje es la capacidad antidetonante de la gasolina cuando se comprime dentro del cilindro de un motor. Las gasolinas de bajo octanaje, como la extra, es procesada en la Unidad de Hidrotratamiento de la Refinería Esmeraldas. En esta se produce el cambio de la estructura molecular de los componentes de la nafta y se producen los compuestos aromáticos, principalmente con Benceno, Tolueno y Xileno, que mejoran el octanaje, pero a un costo muy alto para la salud de todos, el ambiente y la vida útil de motores.
La exposición permanente a estas sustancias constituye un factor de riesgo porque están asociados con efectos mutagénicos (alteración del ADN), cancerígenos y otros trastornos neurológicos.

Estudios que marcan estándares en la calidad de vida de las personas han probado hasta la saciedad que una población expuesta a vapores de gasolina durante largos períodos tiene mayor incidencia de cáncer de esófago, ovario, testículos, colon y riñón.

La norma INEN, que controla la calidad de gasolinas en Ecuador, establece que el contenido de aromáticos no debe superar el 30% en la gasolina Extra y el 35% en la gasolina Súper. Un informe (2012-2158), del 20 de abril de 2012, detalla que Petroecuador importó, en un primer cargamento, gasolina Súper con 39,2% de aromáticos, cuando la norma internacional (ASTM D-6730 de manejo de calidad) y la norma INEN, permiten un máximo de 35%. Dos días después (22 abril de 2012), en el segundo y tercer cargamento, recibió gasolina Súper con 39.2% de aromáticos.

El 4 de junio de 2012, el terminal Pascuales recibió nafta de alto octano importada, que no cumplía con el parámetro de “presión de vapor DVPE”. Es decir, con la especificación que regula la cantidad específica de vapor, esto es la volatilidad o tendencia a evaporarse de la gasolina.

Reportes de la calidad de los combustibles No.2. Ver PDF

El reporte de calidad (2012-1557) del terminal Pascuales, del 21 de marzo de 2012, revela que en ese año se recibió diésel Premium fuera de especificaciones (incumplía la norma INEN 1493) de seguridad porque incumplía las condiciones de presión, temperatura y mezcla de gases que debe tener el diésel. Es decir, los ciudadanos y los transportes públicos parece que cargaron una bomba más que un combustible.
La calidad de los combustibles nacionales tampoco cumplió las normas de calidad. El reporte de calidad del 28 de febrero de 2012, sobre el combustible de turbina de aviación Jet A1 procedente de la Refinería Esmeraldas, entregado al terminal Pascuales, señala que el combustible no cumplió con la norma internacional ASTM D3948 (que determina las características de separación de agua de los combustibles de turbina y detecta los residuos).

La especificación está fijada en un mínimo de 85, mientras que el resultado de Jet A1 arrojó 61. Tampoco cumplió el parámetro ASTM D156, que determina la coloración correcta del producto.

Esta novedad fue confirmada el 7 de junio de 2012, por Fernando Llerena, a la fecha coordinador senior de gestión y control de calidad encargado de Petroecuador, que en memorando (00215-TGC-2012) reseñó que el buque María del Carmen V procedente de la Refinería Esmeraldas transportó diésel Oil (D2) de color negro que por no existir posibilidades de recuperarlo y sin que afectara los despachos no se lo tomó en consideración, el resto era Jet Fuel contaminado”,indica el documento.

Otro reporte de mayo de 2012, reveló que la nafta, proveniente de la Refinería Esmeraldas tenía aromáticos del 42%. Cantidad mayor al límite máximo tolerable para mezclas que es del 35%.
El 14 de noviembre de 2013, recibió gasolina de 92 octanos, que tenía el 35.7% de aromáticos. Dos días después, el 16 de noviembre, recibió la misma gasolina con un 35.4% de aromáticos. Ese día, también recibió diésel Premium que incumplía la norma INEN 1493, relacionada con el punto de inflamación, fijado en un mínimo de 51, el combustible local alcanzó 49.

Estas irregularidades fueron denunciadas por Luis Calero y Francisco Flores, extrabajadores del terminal Pascuales a las autoridades de Petroecuador, al expresidente Rafael Correa y a la Fiscalía General del Estado. De Correa no recibieron respuestas y de Petroecuador recibieron “hostigamiento laboral”, aseguran.

Calero, que se desempeñó como técnico líder de GLP, señala que la exposición permanente a los contaminantes químicos afectó su salud y la de varios compañeros.  Él asegura que “estaba sano antes de entrar a Petroecuador”.


“El médico del terminal me llamó a consulta y me dijo que tenía más de 300, que me tranquilizara, que problema de cáncer sería con 500 en adelante. Me dijo que vaya a seguir trabajando. Me sentí burlado”, relata.


En enero de 2014 el exoperador se realizó un examen médico de BTX.

Flores, por su parte, indica que ha solicitado, en dos ocasiones, los resultados de sus exámenes a Petroecuador. Hasta el momento la estatal no se los entrega.

“Como trabajador, yo sentía que cada vez que venían los productos, en buques tanques que algunos son de la compañía de Mariano Zambrano exprefecto de Manabí, tantos los buques grandes como los buques de alije, traían estos productos de mala calidad, lo primero que percibía el trabajador era irritación en los ojos, te llamaba muy rápidamente al baño, te dañaba el estómago, había una sensación de que algo andaba mal. Empecé a investigar y me di cuenta, dentro de los documentos que llegaban a la empresa que todos estos parámetros estaban siendo violados”, dice Calero.

En agosto de 2016, en la gerencia general de Pedro Merizalde, Luis Calero y Francisco Flores fueron despedidos. Ellos aseguran que fue en represalia por sus denuncias.

Reporte de combustible contaminado en avionetas. Ver PDF

Calero denunció a la Secretaría Nacional de Transparencia de Gestión otras irregularidades relacionadas con el sistema contra incendios del terminal y con la contratación de personal en Petroecuador.
La Secretaría de Transparencia investigó las denuncias y en un informe de 2013. Ante el hermetismo total del terminal de Pascuales esa secretaría preguntó por el combustible contaminado para avión al grupo Wong, cliente de Petroecuador, sobre las “novedades relacionadas al combustible contaminado y entregado por Petrocomercial desde el 28 de febrero hasta mayo del 2012”.

La Secretaría hizo referencia a un percance ocurrido, en mayo de 2012, con una de las avionetas de fumigación del grupo WONG causado por combustible JET A1 que compró a Petroecuador.
En un correo electrónico, el grupo Wong informó a la Secretaría sobre los problemas que tuvo por el “mal carburante”: el “14 de junio de 2012 por la presencia turbia y muy oscura del combustible se dispuso a todos los mecánicos limpiar el filtro de combustibles de la pared corta fuego cada 25 horas y cambiar el filtro de combustible de la turbina cada 50 horas. En esta semana el mecánico de pista Fumisa (provincia de Los Ríos) informa que el avión HC-CLK comenzó a encender la turbina, casi terminando el arranque se apagó. Fue a inspeccionar el filtro de combustible y estaba demasiado contaminado de color negro. Esto es un alto riesgo para las operaciones de las aeronaves…”.

Recuadro de contratación de personal no calificado. Ver PDF

Por esa razón el Cuerpo de Bomberos inspeccionó, en 2012, el terminal y descubrió que el sistema hidráulico automático contra incendios no operaba en su totalidad, así como el sistema de rociadores de agua para enfriamiento de los tanques y el anillo de rociadores en varios tanques estaba incompleto. “Debemos informar que las fallas de este sistema representan un grave riesgo para la operación en la terminal al no contar con Sistema de protección contra incendios que funcione de manera óptima y que pueda prevenir o controlar de manera inmediata algún posible siniestro”, dijeron los bomberos.

En 2015, la Secretaría Técnica de Transparencia, confirmó otra denuncia de Calero, al concluir que en 2010 hubo irregularidades en la contratación de personal en el terminal Pascuales, al contratar personas que no cumplían con los requisitos para acceder a las vacantes, “en Petroecuador EP se habrían omitido las formalidades legales necesarias para cubrir vacantes en sus diferentes cargos, sin considerar estudios previos y perfiles requeridos (…) generando en ambos casos un gasto alto para pago de nómina que contiene en gran medida un personal poco apto en el desempeño de las funciones”. “Se ha podido corroborar varios casos de contrataciones irregulares, lo que, a su vez, haría presumir un deficiente proceso de reclutamiento y selección personal; y un posible encubrimiento o negligencia manifiesta de hechos no transparentes en la administración de talento humano de EP Petroecuador, susceptible de responsabilidad administrativa y de ser el caso, penal por un delito contra la administración pública”, señala el informe.

En 2012, Luis Calero y Francisco Flores pusieron la denuncia en la Fiscalía General del Estado, el caso recayó en manos del fiscal de delitos contra la administración pública, Enry Bazurto. El denunciante indica que, en su momento, el fiscal le dijo que “no ve ningún delito”, dos años después, la fiscal Ana Ramos asumió el caso; ella encontró tres delitos (asociación ilícita, enriquecimiento privado injustificado y tráfico de influencias), e identificó a seis sospechosos, “todos obreros, pero a ninguna autoridad de cargos altos”, dice Calero.

Bazurto volvió al caso, en diciembre de 2017 y solicitó el archivo definitivo de la denuncia en agosto de 2018, alegando que no existe un informe con indicios de responsabilidad penal de la Contraloría General del Estado en contra de los acusados.

Calero asegura que Bazurto lo amenazó, me dijo que “nosotros somos unos hombres que le estamos haciendo daño a Petroecuador porque, según él, no ve ningún delito, que ellos son inocentes, que me vaya buscando dinero para pagarle los daños y perjuicios porque yo estoy atentando contra la honra de ellos, que me va a calificar de maliciosa y temeraria la denuncia”.  El pide archivo definitivo sobre dos temas en particular, cuando el tema de mi denuncia abarca alrededor de 10 ítems, de los otros ocho ítems él no dice nada, por ejemplo, él, hace dos años y medio, debió haber sabido que Marzán (empresa de Mariano Zambrano, destituido del cargo de prefecto de Manabí por irregularidades durante su gestión) no podía contratar con Petroecuador, sin embargo, yo le demuestro que el buque Farallón y Amazonas son de Zambrano y han traído productos para Petroecuador”.

En septiembre de 2018, Calero y Flores presentaron un impulso procesal para evitar el archivo de la denuncia y pedir el cambio de fiscal. El caso recayó en manos de la jueza Ruth Quevedo.
*Este medio hizo un pedido formal de información a Petroecuador sobre la calidad de los combustibles en los últimos 10 años. Hasta el momento no hemos recibido respuesta.